THROUGH ME (Herophine)

capítulo 60

Mía's

Todo mi cuerpo se sentía sumamente pesado, como si tuviera una armadura de hierro puro, apenas y podía abrir los ojos, acostumbrándome a la luz parpadee un par de veces, seguía en la habitación decorada de hospital, y estaba segura de que me tenían drogada, no había otra explicación.

Sollocé varias veces antes de comenzar a llorar, no terminaba de creer que me estuviera pasando ¿Quién podía odiarme tanto para hacer esto? Joder no era la madre teresa pero tampoco me pasaba la vida buscando el odio de los demás, siempre traté de ser amable con todos, vaya que me había servido.

¿Qué estaría haciendo mi familia en ese momento? ¿Ya se dariano cuenta de que algo andaba mal? ¿Ya me estaban buscando? No lo sabría, solo me quedaba aferrarme a la esperanza de que me encontraran antes de que fuera tarde o que me dejaran ir...claro, como si esas cosas pasaran.

Una duda llegó a mi cabeza ¿Ya habían pedido rescate? Si era un secuestro debían pedir rescate, pero...no sentía que fuera un secuestro en toda regla, de ser así ¿Por qué me tenían en esa habitación? Y ¿Por qué había dos camillas?

La puerta se abrió y vi a Alex entrar, me dio un vistazo y asintió hacia la puerta, al parecer dándole a entender a alguien que me encontraba despierta. Y ella entró.

—Hola, Mía.

—Tú...

Hero's

—No me interesa, te dije que no importaba el dinero, solo hazlo joder—hablé por el teléfono mientras caminaba hacia la salida el aeropuerto.

—Vale, pero tranquilo, hombre. Veré que puedo hacer—colgó la llamada y marqué el otro número.

—¿Sabes algo?

—Aún nada, Steph tampoco aparece y...ella no está con Andrew.

—Esto no me pinta bien...¿Desaparecieron ambas?

—Al parecer...por cierto, Alex salió bajo fianza.

Me detuve en seco, dejé mi maleta en el suelo y me pasé la mano por el cabello. Esto tenía que ser una jodida broma.

—¿Cuándo?

—Varios días...¿crees que fue él?

—Vamos Nate ¿Quién más pudo haber sido?—tomé de nuevo la maleta y seguí caminando—¿Has hablado con Kath?

—No...¿Lo harás tú?

—Bien...nos vemos más tarde—colgué y guardé el teléfono en mi bolsillo.

En el taxi no dejaba de romperme la cabeza pensando en Mía ¿Dónde demonios estaba? ¿Qué le había pasado? ¿Se encontraba bien? Todo era mi culpa, no debí irme, no debí dejarla sola ¡Joder! Saqué el teléfono y escuché de nuevo nuestra última llamada, tratando de descifrar algo en el audio.

—Se lo que estás haciendo—dijo ella con una risita, recordé lo confundido que me sentí en ese momento, y lo confundido que seguía—Vamos Hero ¿De nuevo ese truco?

Y se cortó la llamada, cerré los ojos sintiendo como el nudo en mi garganta no me dejaba respirar, algo le había pasado, estaba seguro y me sentía tremendamente inútil. El auto se detuvo frente a mi casa, le di el dinero y bajé. Me mordí el labio al ver su casa.

Caminé hacia mi puerta y entré, ya le había dicho a mamá que venía de regreso, pero ella no estaba en casa, así que entré y fui directo a mi habitación. No pude evitar que los recuerdos de nuestra última noche juntos llegaran a mi cabeza, entonces me derrumbé. Me senté recostado al a puerta mientras maldecía una y otra vez y las lágrimas corrían por mi rostro, odiaba llorar, pero odiaba más el hecho de que fuera porque no sabía nada de ella, y porque las posibilidades de no estuviera a salvo llevaban la delantera.