Capítulo 31

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Hero's

Ternura. Esa era la palabra que describía a la perfección a Mía en ese momento. Estábamos en mi casa, era viernes y después de la escuela le había propuesto ver una película, obviamente aceptó sin dudas. Pero mis planes se fueron a la mierda cuando mi hermana se apoderó de ella, le dijo que quería jugar y como Mía no puede decir que no yo tenía que quedarme mirándolas como un idiota, no me molestaba.

La necesitaba en mi vida más de lo que ella imaginaba, por eso cedí ante mi orgullo en la biblioteca, si se preguntan, ya habíamos cumplido con nuestro castigo y ordenamos...o algo así. Tuve que gastar algo de dinero extra para que los del club del libro faltaran los dos días restantes, eran nerds pero sabían negociar.

—¿Por qué no habías venido antes?—preguntó mi hermana mirándola.

—No me habían invitado—respondió riendo—¿Sabes? Tengo una amiga que se llama como tú.

—¿¡En serio!?—Su pequeña carita se iluminó y Mía le sonrió asintiendo—¿No es una broma cierto? Hero siempre las hace, me dice que conoció una chica que se llamaba como tú, literalmente "Como tú" y yo siempre me las creo.

No pude evitar partirme de risa en ese momento, era cierto, siempre le hacia esas bromas y la muy tonta caía, cuando Mía me miró mal me callé.

—A mí también me las hacia cuando éramos niños—dijo tratando de no sonreír.

Lo recordaba, claro que sí. Me gustaba molestarla porque era la única manera de tener su atención, de no ser así ella se la pasaría jugando a las fiestas de té o a la veterinaria con gatos callejeros. Desde pequeña fue aburrida, pero eso no impedía que me sintiera tan atraído hacia ella.

—Creo que ya me dio hambre—Megan se puso de pie y Mía hizo lo mismo—Voy por un sándwich ¿Alguien quiere uno?

—No—dije yo rápidamente. De nuevo Mía me miró mal.

—Yo si—le pellizcó las mejillas a Megan y esta se fue riendo a la cocina.

De inmediato me puse de pie tomé a mi chica de la mano arrastrándola hacia las escaleras.

—¿A dónde vamos?—preguntó riendo mientras trataba de seguirme el paso.

—A mi habitación, no puedo seguir escuchando sus charlas.

—Tan dulce tú—se burló.

Cuando llegamos a la puerta de mi habitación la abrí y la hice pasar, la cerré y le pase el seguro antes de tirar de ella hacia mí para besarla. Adoraba la manera en que me respondía su cuerpo, como sus labios tomaban el ritmo de los míos sin impedimentos y sus manos rodeaban mi cuello como si de ello dependiera nuestra vida.

Hundí mis manos en su cabello y profundicé el beso, por años había imaginado como sería besar aquellos preciosos labios rosados y ahora los tenía para mí cuando quisiera. Sabía que ese momento llegaría aunque tuve que esperar lo mío, valía jodidamente la pena.

—Hero—susurró entre besos lo que me hizo querer arrancarle la ropa, adoraba cuando decía mi nombre de esa manera.

Tuvimos que detenernos para tomar aire, mantuve mi frente pegada a la suya todo el tiempo hasta que ella se separó más y me miró a los ojos mientras acariciaba mi cara con su mano.

—¿Te he dicho lo mucho que me gusta este corte?—preguntó llevando su mano a mi cabello.

—Unas doscientas veces en lo que va de semana—me burlé haciéndola reír, se veía tan hermosa cuando reía.

—He querido cortarme el cabello.

—Ni se te ocurra—me miró con la ceja alzada, no podía cortar su cabello, me gusta así, por debajo de los hombros—Me gusta tal cual está.

THROUGH ME (Herophine)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora