Capítulo 53

922 69 4
                                    

En menos de quince minutos mi padre estaba entrando a la dirección, llevaba su uniforme como siempre, se acercó a mi y me dio un beso en la frente antes de sentarse a mi lado.

—Buenas tardes señor director—lo saludó tendiéndole le mano.

—¿Cómo está usted señor Langford?—preguntó el director con decencia estrechándola.

—Un poco confundido si le soy sincero...¿Qué pasa con mi hija?

—Como verá señor Langford, se han filtrado unas fotos de la señorita semidesnuda con un chico...eso como sabe podría ser considerado pornografía infantil y es un delito, estaríamos siendo buenos con solo una expulsión.

Joder ¿Cómo podía ser tan...imbécil? Apreté el borde la silla conteniéndome para no tirarle el caballo de porcelana que había frente a mí, clamándome que lo tomara y lo arrojara en su cabeza.

—¿Y está usted seguro de que mi hija consintió que las fotos se divulgaran? ¿Tiene pruebas de que mi hija consintió ser fotografiada? Es más ¿Tiene pruebas de que mi hija siquiera estaba consciente?—adoraba a mi padre, no me cansaba de decirlo, sabia que confiaba en mi a pesar de todo, y eso me llenaba de una paz inconfundible.

—No señor, no tenemos pruebas, pero tampoco tenemos pruebas de lo contrario—hijo de perra, tenía razón...lo odiaba.

—Deme dos días y le traeré esas pruebas, por cierto, las fotos ya fueron eliminadas de las redes.

—Eso no quita que siga en los dispositivos de quienes las guardaron. Hasta que no traiga las pruebas Mía no podrá venir a clases.

—Me está jodiendo—dije sin pensar que estaba hablando con un adulto y encima el director, pero al fin y al cabo me daba igual, eso no le quitaba lo idiota.

—¿Disculpe?—preguntó haciéndose el ofendido.

—¿Seré suspendida por algo de lo cual soy victima? ¡Bravo!—me puse de pie y aplaudí un par de veces—Al parecer se sigue guiando por leyes machistas de hace cientos de años, lo felicito, al parecer los años solo le pasan físicamente.

—Señor Langford controle a su hija—dijo este molesto poniéndose de pie.

—Vamos cariño, cálmate—me habló papá poniéndose de pie igual—Haré lo posible por traer las pruebas mañana mismo.

—Hasta entonces.

—Que tenga buen día.

—Ustedes igual.

—¡Jódase fósil!—grité mientras papá cerraba la puerta y me tomaba del brazo.

—¡Mía! Cálmate.

—No me pidas que me calme si me han suspendido por ser una victima ¡Yo no pedí que me pasara esto!—exclamé con la voz temblándome, me sentía humillada como nunca, y estaba al borde del llanto.

—Lo sé cariño, lo sé...creeme que confío en que dices la verdad, pero tienes que entender un poco cómo funcionan las leyes en las escuelas.

Cuando me abrazó no pude contener más el llanto, comencé a llorar como la primera vez que me caí de mis patines, como cuando murió mi gato, como cuando perdí mi libro favorito en un avión...todas esas veces papá estuvo a mi lado.

Cuando logré calmarme un poco salimos de la escuela, subí a su patrulla y me llevó a casa, recordándome que cuando llegaran Kath y Hero fuéramos al hospital y dijéramos que íbamos de parte del Oficial Langford y que ya sabían el asunto.

No había nadie en casa así que me di la libertad de llorar apenas entré, de ser presa de la ansiedad y comer lo que encontrara en la cocina y luego de golpear cojines hasta el cansancio. Estaba tan enojada, tan triste, tan humillada, tan todo ¿Por qué demonios tenían que pasar estas cosas? No solo a mí, a todas esas chicas que habían sido victimas y nadie les creía solo por salir de fiesta, la sociedad siempre será una completa mierda por más que intenten arreglarla.

THROUGH ME (Herophine)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora