Capítulo 44

1K 96 14
                                    

Para alivianar un poco el ambiente puse algo de música, pero la verdad era que no me aliviaba un carajo, estaba nerviosa, ansiosa y enojada ¿Por qué demonios las chicas somos tan masoquistas? Era mi duda existencial pero no podía hacer nada, ya estaba siguiendo su auto como toda una psicópata.

Por dentro rezaba para que no se fueran a un lugar ya saben, como un motel o eso, o su casa, no quería que fueran a su casa. Maldije cuando tuvimos que detenernos en un semáforo que cambio justo después de que ellos pasaran dejándonos en desventaja y con el riesgo de perderlos de vista. Apenas cambió a verde Steph aceleró y seguimos con nuestra misión.

—Esto es excitante—hablo mi amiga con una sonrisa diabólica.

—Para mí es estresante—respondí apretando los dientes.

—En la guantera hay goma de mascar y otros caramelos, toma lo que quieras.

—Eres la mejor.

Asintió sin despegar la vista de la calle y yo me dispuse a abrir la guantera, tomé una barra de chocolate y me la comí en menos de dos minutos.

—Creo que se a donde van—dijo más para si misma que para mí entornando los ojos.

—¿Ah sí? ¿A dónde?

—Es algo así como un bar restaurante, si conoces a alguien de ahí te dan alcohol sin ser mayor de edad. Fue de los primeros lugares que conocí cuando llegué.

—Oh...¿tú crees?

—No lo creo, estoy segura—miré al frente y tenia razón, el auto de Hero había aparcado frente a un establecimiento con paredes de ladrillo, se veía rustico, pero bastante cool.

Esperamos a que ellos bajaran, me di cuenta de que ella intentó tomarlo del brazo, pero este se acomodó la gorra impidiéndoselo. Unos cinco minutos después Steph y yo bajamos del auto que quedó aparcado detrás de un callejón por si Hero lo veía, el auto de mi amiga era muy reconocible.

—Vale, este es el plan—habló Steph mirándome fijamente y juntando las manos—Entramos evitando que nos vean...oh espera, tengo unas sudaderas de Andrew en la maletera.

Me dejó allí parada mientras iba por las sudaderas, me dio una negra a mi y ella tomó la azul. Nos quedaban enormes y eso era genial.

—¿El pan es?

—Cierto, entramos sin que nos vea, con la cabeza agachada por si acaso. Nos sentamos en una mesa discreta pero que esté cerca de ellos, y pedimos tragos y papas.

—¿Qué tiene que ver los tragos y las papas?

—Que tengo hambre, y si ven que dos personas con sudaderas y capucha se sientan cerca de ellos sin pedir nada será sospechoso ¿no?

—Por eso tú armas los planes y no yo.

—Vale, entremos.

Asentí y nos encaminamos a la entrada con la vista en el suelo. Al entrar creí que me invadiría un fuerte olor a humo de cigarrillo y alcohol, pero no fue así, más bien fue un delicioso olor a carne asada. Por dentro era tipo taberna, pero acogedora, las paredes eran de ladrillo, las mesas eran pequeños cubículos que daban la privacidad deseada y al fondo había un pequeño escenario y a la derecha una rocola. La barra estaba más o menos llena y un bar tender con una barba bastante rara saludó a mi amiga con la mano.

Buscamos con la vista a nuestros objetivos hasta que los encontramos sentados en una mesa casi al fondo. Discretamente pasamos a su lado y nos sentamos en el cubículo de al lado.

Tomé una carta y fingí leerla igual que Steph mientras trataba de escuchar lo que hablaban.

—Ya te he traído por comida ¿Qué quieres ahora?—esa fue la voz de Hero, sonaba irritado, interesante.

THROUGH ME (Herophine)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora