Capítulo 38

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El primer pensamiento que llego a mi mente fue "¿Dónde carajos estoy?" todo mi cuerpo dolía, y un pitido incesante invadía mis oídos. Sentía mis ojos y extremidades pesados, como si estuviera bajo el efecto de alguna droga o que se yo, pero me costaba un montón moverme, cuando logré abrir los ojos vi todo blanco.

Me tomó unos cuantos segundos saber donde me encontraba, era una habitación de hospital, lo supe por la maquina a la que estaba conectada y porque vamos ¿Qué persona en su sano juicio tendría una habitación completamente blanca? Fruncí el ceño cuando vi la intravenosa en mi brazo y otros aparatos conectados a mi de los que no tenia ni idea de que eran.

—¡Oh dios!—cuando escuché la voz de mi hermana algo dentro de mi saltó, al verla sentí mis ojos llorosos—¡Mamá! ¡Mía despertó! ¡MAMÁ!

Kath me abrazó rápidamente antes de soltarme por mi quejido involuntario, miró y tocó mi cara buscando quien sabe qué y segundos después entraron mis padres corriendo, hicieron lo mismo que mi hermana.

—Gracias al cielo ¿Cómo te sientes? ¿te duele algo? Habla por amor a dios—atacó mamá hablando rápido, tenia cara de haber dormido poco al igual que todos. El siguiente en entrar fue un doctor.

No podía hablar, mi garganta estaba completamente seca al igual que mis labios y de todos modos no sabia que decir, mi mente estaba casi en blanco como las paredes. Todos se hicieron a un lado dejando que el doctor me examinara.

De la nada los recuerdos llegaron a mi mente, la cena, la carrera, el mirador, el auto de Hero...Hero ¡Hero!...la camioneta impactando contra el auto y luego nada.

—Hero—fue lo único que pude decir o más bien susurras, comencé a entrar en pánico.

¿Dónde estaba? ¿Se encontraba bien? ¿¡Donde demonios estaba? ¿Y si le había pasado algo malo? Los pitidos se aceleraron indicando mi alta actividad cardíaca y las lagrimas comenzaron a resbalar por mis mejillas.

—Mía, necesito que te calmes ¿Sí? —habló en doctor mirándome a los ojos.

—Kath—fue lo siguiente que dije, ella fue corriendo hacia mi y tomó mi mano, la miré sin dejar de llorar—¿Dónde está...Hero?

—Cariño...—la manera en que lo dijo me alarmó, de nuevo los malditos pitidos se aceleraron y mamá se acercó—El está bien ¿sí? Tienes que calmarte. Está en otra habitación.

Un alivio que nunca había sentido me invadió y le dio paz a mi ser, me tomé un momento para respirar con normalidad, me dolían las costillas y la cara.

—Quiero verlo—hablé ignorando la incómoda sensación en mi boca.

—Mía—la voz de papá se hizo presente—Necesitas calmarte, te van a hacer unos estudios para saber si todo está bien y ya luego podrás ir con él. Tu salud es primero, nos has hecho pasar un susto de muerte.

Muerte, la palabra hizo eco en mi mente y dejo una amarga sensación, pudimos haber muerto, Hero pudo haber muerto, y eso me partía el corazón y me entraban unas enormes ganas de llorar. Al mismo tiempo me invadió la culpa, ellos estaban preocupados por mi y yo no paraba de darles motivos.

—Lo siento—susurré sin mirarlo—Yo...nosotros no...

—Ssshh—susurró Kath y me apretó la mano en un gesto reconfortante.

—Bien ¿me pueden dejar a solas con la paciente por favor?—preguntó el doctor, más bien fue una orden. Todos asintieron y salieron dejándonos a solas—Entonces Mía ¿Sabes lo que te pasó?

—Tuve un accidente—respondí monótona mientras el movía una luz frente a mí, la seguí.

—Así es...¿Qué es lo que recuerdas?

THROUGH ME (Herophine)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora