La Legión del Caos (Temporada 2) [Eldarya]

Capítulo 2: Por el bien común.

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Capítulo 2: Por el bien común.

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"La prueba de la moralidad de una sociedad es lo que hace por sus niños." Dietrich Bonhoeffer.

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Eran cerca de las 8 de la noche... Todos aquellos estudiantes estaban reunidos en torno a diferentes mesas, con pilas de libros y apuntes ante ellos, algunos escribían frenéticos en sus cuadernos, otros en sus laptop y otros en su tabletas, pero cada uno de aquellos muchachos estaba con la nariz embutida en sus estudios puesto que la tan temida semana de exámenes se avecinaba, y la presión, y la exigencia de tan prestigiosa escuela, sumado al apremio de los padres, tenía a cada uno de esos niños y niñas con solo una idea persistente en su mente... Ser el mejor... Aquella frase era tan repetitiva que era como si los post publicitarios del establecimiento educacional se hubieran colado en el ADN de cada estudiante, ya que ni siquiera tenían que insistir en ello, simplemente cada muchacho se encaminaba dócilmente al mismo lugar incluso tras terminada la jornada escolar, siendo incluso extendida aquella frenética carrera contra el tiempo, aprovechada hasta el último segundo antes de dormir...

Y eso no era diferente para ella, o al menos así había sido... Aquella chica morena y guapa, de uniforme impecable pero cuyas uñas con un ligero esmalte natural ya mostraban el desgaste de tanto morderlas, miró en rededor con los ojos enrojecidos por sobre su ordenador, nadie reparaba en ella, nadie le mirada aún si siempre veía que los rostros de chicos y chicas se giraban a su paso, ya sea por envidia o admiración, pero ahora nadie veía a nadie, solo pensaban en esos malditos exámenes, en la universidad, en una buena carrera... en ser el mejor... Ella chasqueó la lengua molesta... Se llevó el pulgar a la boca y comenzó a morderse la uña... ¡Carajo! Aguantando un grito se miró el dedo y vio que se había roto la uña de tal manera que había comenzado a sangrar... Lo último que le faltaba... Cogiendo su mochila buscó una bandita en su estuche de maquillaje, pero cuando lo abría, un sonido la sobresaltó, giró hacia su computadora y vio en una esquina inferior un mensaje, sobresaltada la muchacha dejó caer lo que tenía entre las manos y abrió el correo, lo leyó aguantando la respiración y tras ver que solo era un recordatorio de los próximos horarios de su escuela de canto suspiró aliviada, acto seguido se inclinó para recuperar sus pertenencias y, en cuanto lo hacía, otros sonidos la paralizaron, con el cuerpo inclinado hacia el suelo, ella giró el rostro lentamente hacia su teléfono que vibraba insistente sobre la mesa... Ella aguantó el aliento y, cogiéndolo con la surda temblorosa, desbloqueó la pantalla y vio la sucesión de mensajes llegar uno tras otro sin detenerse... Sintiendo que finalmente había llegado a su límite, ella soltó el aire que estaba conteniendo con resignación...