La Legión del Caos (Temporada 2) [Eldarya]

Capítulo 44: Un rastro de migajas.

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"No me gusta trabajar – a ningún hombre le gusta – pero me gusta lo que hay en el trabajo – la oportunidad para encontrarte a ti mismo. Tu propia realidad – para ti, no para otros- lo que ningún otro hombre podrá saber".

El corazón de las tinieblas - Joseph Conrad.

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Centro Vecinal Barrio Marbal (13 de junio 08:15 a.m.):

Olivia miró a la gran cantidad de personas en riesgo social que comenzaron a entrar por la puerta de aquel humilde caserón y, mirando a los médicos voluntarios que habían finalmente podido venir a ese llamado solidario, se acercó a Akihiko, el único que podría tener un rango cercano al suyo dentro de esa comisión, originalmente también había podido captar la ayuda de Nícolas y de Aaron Manzul, pero con los últimos eventos no habían podido venir; su cruzada solidaria a petición de los altos mandos de Sion se había tenido que conformar con enfermeras, médicos en entrenamiento y ellos...

—¿Estás bien? —le preguntó el tanuki cuando aquella sirena de verdoso cabello llegó a su lado.

—Sí, solo que veo a todas esta gente... niños y ancianos preferentemente, y pienso que es una lástima que estén así de abandonados...

—Haremos lo que sea por ellos —le sonrió Akihiko Masamune acomodándose los lentes y cogiendo su estetoscopio para así iniciar su turno de atención... no obstante, cuando procedía a ponerse los guantes, su teléfono celular comenzó a vibrar...—. No es cierto...

—¿Sucede algo...? —preguntó Olivia alarmada.

—Bae volvió a atacar... esta mañana un cuerpo llegó a la morgue de Sion...

—Entonces ese era el cuerpo que tenía que recibir Aaron... —ella suspiró y miró a Akihiko angustiada—. ¿Te irás...?

Tras quedarse mirando su celular por algunos segundos, el sub líder de la ahora Brigada Uno de Investigaciones, negó con la cabeza antes de guardar el artefacto y proceder a desinfectarse las manos.

—No, si necesitan mi ayuda me llamarán, por ahora solo me están avisando, te ayudaré hasta que mi turno termine.

—¡Gracias, Akihiko! ¡Te lo debo! —exclamó Olivia dándole un abrazo, acto seguido le dejó las vitaminas, remedios y pócimas que él estaba facultado para administrar, y luego se giró en dirección a los otros voluntarios que habían acudido al llamado, si bien esto había sido algo que le habían adjudicado sin preguntar, ella quería que saliera todo bien.