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"Caminando en línea recta no puede uno llegar muy lejos".
(El Principito, Antoine de Saint-Exupèry)
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Edificio departamental Gran Costello (24 de marzo, medio día):
Deteniéndose en el taxi a un costado de la berma, Laira descendió tras pagar la tarifa y alzó la mirada a aquel lujoso complejo... Estaba impactada... no se imaginaba cómo alguien podía vivir no solo en una de las zonas más caras de Washington, sino que además poder pagar un piso en un edificio donde seguramente solo vivirían estrellas de cines o algún CEO de algún conglomerado... Pero bueno, después recordó que Flavio era dueño de un muy reconocido club nocturno, aún si ya no lo administraba directamente al pertenecer a Sion, seguía siendo el propietario, además en una de sus tantas conversaciones, él también le había contado que era accionista en varias empresas de viajes así como de un parque temático en Sídney, así que viendo que aquello no era tan extraño... respiró hondo, se acomodó la cinta que llevaba de cintillo en el cabello y avanzó hasta la entrada... Habían varios árboles ya floreciendo, así que sería valiente y le pediría una cita a su padre, sería hermoso poder pasear en torno del lago Tidal Basin, Hains Point y por los alrededores del monumento a Washington, disfrutando del hermoso festival Cherry Blossom... ¡Qué frío...! Abrazándose a sí misma, manteniendo de su muñeca la bolsa en donde llevaba los pastelillos que había horneado, giró hacia la calle, los automóviles pasaban de un lado para otro y todo parecía normal... un sedán plomo oscuro estaba estacionado al otro lado de la avenida...
—¿Laira...?
Ella se giró y, sintiendo su corazón estremecerse, vio a Travis de pie con una caja de la pastelería Baked and Wired, una de las mejores de la ciudad...
—Tra... Travis..., ¿qué haces aquí...?
Se escuchó el sonido de un motor, ella miró hacia atrás y vio a aquel sedán alejarse, luego volvió a concentrarse en el chico... lucía extraño, sus ojos estaban ligeramente enrojecidos... ¿por qué...? ¿Estaba triste...?
—Bueno... yo... —el mousai bajó la mirada—, un buen amigo vive aquí... pero recordé que no está... vine aquí de forma automática... —él soltó una risita y se revolvió el cabello—, siempre que no quiero que mis hermanos me vean así venía aquí... pero supongo que soy bastante despistado, ¿no crees?
Sí... él definitivamente estaba triste... seguramente le había sucedido algo, la forma en que sonreía era muy dolorosa, entonces acercándose, cogiéndole una mano con una resolución que en otra circunstancia habría creído imposible, lo guio hasta la entrada del Costello.
—¿Sabes por qué estoy aquí? Vine a ver a Flavio, tú le agradas, así que aunque no puedas ver a tu amigo seguramente podrás pasar el día aquí. Será divertido, podremos ver algunas películas y comer cosas deliciosas —ella le miró y sonrió—, además me está ayudando a controlar mis poderes como nephilim, también podrías ayudarme.
—Veo que te llevas muy bien con él... —murmuró Travis mirando su mano entre la de la chica—, lo he escuchado de él, se ven seguido así como se escriben.
—Es qué Flavio es muy amable, dulce y guapo, me siento muy a gusto con él —sonrió ella acercándose al mesón de recepción, tras decir su nombre al conserje, así como al mismo tiempo aquel hombre saludaba con naturalidad a Travis, ambos se encaminaron hacia el ascensor—. Veo que de verdad venías seguido.
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La Legión del Caos (Temporada 2) [Eldarya]
Fiksi PenggemarTe veo temblar y observarme con reproche, y entonces me preguntas ¿por qué? Es increíble lo ingenuo que puedes llegar a hacer, ¿acaso no has escuchado todo lo que te he dicho? La respuesta es simple y tan evidente, lo hago porque te amo, quizás pien...