La Legión del Caos (Temporada 2) [Eldarya]

Capítulo 40: Caso sin resolver. Parte II.

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"El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad."

Víctor Hugo

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Acomodando sus pertenencias en su escritorio, Ian miró en rededor y, bufando, comenzó a sacar la serie de fotografías y adornos de los mesones a los costados, luego, viendo la pared tras él, arrugó el ceño al percatarse que aquel raspón que hacía tiempo había quedado ahí tras que un antiguo agente mal humorado, no dispuesto a aceptar las críticas que le había dado, le hubiera aventado la placa de identificación en un grito furioso de renuncia...

—Esa cara que traes me asusta —comentó Antoni entrando a la oficina.

—¿Por qué arreglaste ese abolladura en el muro? —preguntó el shedu mirándole evidentemente molesto.

—Se veía feo.

—¿Tocaste mis expedientes? —añadió apuntando los ficheros perfectamente alineados en el mueble de un costado.

—Para ordenarlos tenía que tocarlos.

—¿Y qué significan todas estas chucherías? —añadió alzando un pequeño gnomo de porcelana.

—Un regalo de mi hija para adornar la oficina.

Ian resopló y arrojó esas últimas cosas dentro de la caja de cartón, luego, entregándosela al trotapieles, volvió a su escritorio y, escribiendo en un Post-it, pegó un breve mensaje en una esquina de la pantalla de su ordenador: "No tocar mis cosas si no quieren morir".

—A veces me lo pregunto, ¿no tendrás cierto grado de asperger? —dijo Antoni aguantando una carcajada, sobre todo al ver como aquel muchacho raspaba con una uña el muro para quitar la pasta que había cubierto aquella falla.

—¿Asperger...?

—Fijación en una sola actividad. Hablar como un pequeño profesor. Dificultad para interpretar las señales sociales. Necesidad de rutinas. Rabietas emocionales. Falta de empatía. No entienden las sutilezas del habla...

Aquella nueva intervención hizo que el ahora líder de equipo de la Brigada Uno y el sublíder se giraran, entrando a la oficina en actitud calma, Fleur Dumont le miró, quien se detuvo en el centro de la estancia con una carpeta bajo un brazo, de forma inmediata, Antoni realizó una inclinación de cabeza y abandonó el lugar que por un año había estado usando, corriendo feliz hacia su viejo escritorio. Por su parte, frunciendo el ceño, Ian se giró quedando ante ella dándole a entender que poco le gustaba que estuviera ella ahí.

—Sé perfectamente qué es el asperger, y no tengo asperger.

Ella miró en rededor, viendo como el sello de Batista comenzaba a desaparecer bajo el orden-desorden que parecía responder a la personalidad de aquel muchacho, y, tras sonreír, abrió la carpeta en actitud desafiante.

—Creo que puedo detectar algunos elementos que me hacen dudar —le escuchó resoplar, entonces ella, sin inmutarse, continuó—. Eres el perfilador de esta Brigada, he revisado tu expediente así como el informe que me dieron de ti desde las sedes de Moscú y Paris, tus rabietas emocionales, tu falta de empatía y tu poca sutileza al hablar deja bastante qué decir, sin mencionar que el cambio en tu entorno parece afectarte demasiado, además...