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"Alguien que cree en el destino, no cree en las coincidencias. Si crees en las coincidencias, no puedes sostener tu destino en tus manos"
Ramiz Karaeski
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Hospital General de Solomon (10 de julio - 09:30 a.m.):
Escuchando el sonido de las aves, Laira abrió finalmente los ojos sintiendo como la luz del sol llegaba a ella, miró a su derecha al sentir una punzaba en el brazo... Tenía unas agujas y unas magueritas que ascendían hasta un trípode... ¿era suero...? Entonces escuchó una exclamación de sorpresa, ella cambió la dirección de su mirada y vio cómo, dejando un libro a un costado, Flavio se inclinaba hacia adelante con la mirada iluminada... Y ella, al verlo, sintió las pestañas humedecerse, intentó sentarse, él rápidamente se le acercó y le pidió que tuviera cuidado, le acomodó las almohadas y le sirvió de apoyo, y ahí, atreviéndose a alzar la mirada una vez más, Laira estudió la mirada parda de aquel hombre... A su mente acudieron recuerdos de una noche tormentosa, del horror vivido, de toda la desesperación... sin embargo, todo eso pasó a segundo plano cuando a su mente volvieron los últimos momentos antes que perdiera el conocimiento... recordó el momento cuando le llamó padre y él... le dijo que estaba ahí... a su lado...
Laira apretó los labios conteniendo un sollozo, entonces, respirando hondo, miró el mueble a su lado, allí estaba su cartera, rápidamente la cogió y buscó en su interior, viendo de reojo el calendario, comprobando que era 10 de julio, sacó aquel paquetito que había estado llevando desde el día que lo había comprado.
—Feliz cumpleaños, Flavio...
Él sonrió, cogió el obsequio y lo abrió viendo la mirada expectante de la muchacha, vio relucir a la luz que entraba por la ventana un hermoso reloj de argolla doraba y fino cuero café, ensanchando su sonrisa, se quitó el reloj que llevaba y se colocó aquel en su lugar, acto seguido, volviéndose hacia la chica, posando como modelo de revista, agregó al tiempo que la hacía reír.
—Me encanta.
—¿Estás seguro? Sé que tienes un arsenal de esos... —dijo tímidamente la chica.
—Es mi favorito, después de todo es el primer obsequio que recibo de mi hija... —Laira abrió sus ojos al máximo, las lágrimas volvieron a surgir, y él, acariciando la negra cabellera de la muchacha, agregó—. Gracias, Laira... gracias por ser mi hija...
Ella ya no aguantó más, se acercó al nephilim y le abrazó con fuerza, le llamó papá y, al sentir que él la abrazaba de regreso, sintió que ya nada podía lastimarla... Había pasado por un momento horrible... había sufrido... pero de ahora en adelante las cosas cambiarían... Ahora sería de verdad feliz...
Entonces se escucharon unos golpes en la puerta, Laira se separó un poco de Flavio mientras él le secaba las lágrimas con los dedos y, mirando hacia la entrada, vio entrar a Travis con un oso de peluche entre las manos y una caja de bombones, sonriente, la muchacha se giró hacia él alzando las manos, por lo que el mousai, con la mirada vidriosa por la emoción, corrió hacia ella también.
—¡Estaba tan preocupado por ti, Laira! —dijo el muchacho.
—Siento haberte preocupado... —murmuró ella recibiendo el regalo que Travis le entregaba, y viendo acercársele, entrecerró los ojos esperando con el corazón palpitando con fuerza ese esperado beso.
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La Legión del Caos (Temporada 2) [Eldarya]
FanfictionTe veo temblar y observarme con reproche, y entonces me preguntas ¿por qué? Es increíble lo ingenuo que puedes llegar a hacer, ¿acaso no has escuchado todo lo que te he dicho? La respuesta es simple y tan evidente, lo hago porque te amo, quizás pien...