La Legión del Caos (Temporada 2) [Eldarya]

Capítulo 49: El dominio de las emociones.

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"Nunca me había importado, continuó. Estar perdido, es decir. Siempre había pensado que no era posible perderse si uno conocía su propio corazón. Pero me temo que podría perderme si no conozco el tuyo".

Cassandra Clare.

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Barrio comercial sureste. Washington DC (en la actualidad):

Esa sensación era definitivamente muy extraña, cada vez que veía a Fleur sentía una culpa grande en su interior, como si la tristeza que veía en sus ojos fuera culpa de él, no obstante, en ese momento, además de ese sentimiento culposo, percibía en su interior una oleada de emociones que iban desde querer romper en llanto y el deseo de no querer separarse de esa mujer... La calidez que le proyectaba era extraña pero amena, se sentía confortado y... necesitado, como si toda su vida hubiera estado esperando por algo así... Y cuando lo veía en su interior, sumado a la idea de que no solo él estaba perturbado por ese abrazo, sino que también Alduïn sollozaba en algún lugar de su interior añorando algo perdido, él pensó que estaba siendo desleal... Recordó a Sarah en ese momento... y se sintió un traidor al pensar que Fleur podría ser como una madre... Y aquella idea fue aún más desconcertante para él, ¿tan necesitado estaba...? Quizás sus emociones afectadas por lo de Xing le estaban haciendo actuar como un niño... quizás solo estaba buscando contención y, frente a eso, estaba viendo en esa Rosen Creutz a aquella que lo había criado... quizás recién ahora estaba cayendo en cuenta que había tenido a una madre llamada Évolet que no había llegado a conocer... que había dado su vida por la de él... quizás ahora se percataba de que tenía un vacío en su interior, un vacío que había dejado su madre biológica y que los últimos eventos habían terminado por destapar...

Incómodo por esos pensamientos, así como la idea de estar a gusto entre los brazos de esa mujer de celestes cabellos, Ian se separó sin atreverse a mirarla, sintió que ya extrañaba ese abrazo aun cuando esa calidez permanecía en él, retrocedió un paso y, tras alzar la mirada por unos segundos, vio como ella le miraba desconcertada... seguramente se había sorprendido de sobremanera cuando él le había abrazado sin previo aviso... ¡demonios! ¡¿Cómo no había podido contenerse?! Había actuado como un niño desamparado saltando a los brazos de un adulto en busca de contención... Mierda, no era como sus hijos para hacer algo así...

—Bien, entonces —dijo Fleur echando a andar—, ¿qué te trae por aquí después de haber sido un fantasma durante dos días?

Ian salió tras ella sintiéndose idiota, aún más al verse aliviado de que esa mujer comenzara a actuar tal como siempre, seca y recta, eso le ahorró la vergüenza de seguir sintiéndose niño en su presencia, no obstante, le asustó la idea de que al final el abrazo que le había dado no había significado algo para esa mujer... Él se maldijo y se pellizcó el puente de la nariz, debía terminar ya con esos pensamientos inmaduros...

—¿Siempre es de esta manera...? —preguntó Ian intentando fingir normalidad también, pero le era difícil, su corazón se sentía demasiado agitado... Alduïn también estaba agitado, ¿qué le habría sucedido...? Lamentablemente, en el último tiempo, ya casi no escuchaba su voz en su subconsciente.

—¿Te asusta que sea siempre de esta manera? —dijo la Rosen Creutz sin detenerse—. Tú mismo lo dijiste cuando iniciaste la investigación, no solo somos insultados y despreciados por otros agentes, la familia de las víctimas son peores. Si no puedes atrapar al criminal es muy malo.