La Legión del Caos (Temporada 2) [Eldarya]

Capítulo 52: Maldad imparable.

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 "Las emociones pueden dejarte en el camino o dejarte sobre el camino".

Mavis Mazhura. 

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Barrio Georgetown (19 de junio, 10:00 p.m.):

Al final no habían podido descubrir demasiado, estando no más de media hora en el Servicio Nacional Forense, Fleur y él habían retornado a casa sintiendo el peso de aquel día de trabajo en los hombros, y aunque Ian había tenido que hacer varios rodeos para dejar en su residencia a esa Rosen Creutz, había vuelto al Palace con una sonrisa en el rostro, y de esa forma, el día siguiente había transcurrido de la misma manera, llenando sus escritorios de papeleos y viajes disimulados para no tener que encontrarse con los policías del Distrito Sur, habían seguido investigando respecto a la muerte de Mathilde Glass e intentar encontrar respuesta a ello en el caso de Stratton, lamentablemente, no habían mostrado avances... lo que les había hecho merecedores de una visita de un exaltado Li Chen, que esta vez, en vez de pato mareado, había parecido un verdadero dragón agitando sus brazos mientras los regañaba... Al terminar del día, como siempre en último lugar abandonando la embarcación, Ian se había retirado a su departamento sintiendo el peso del mundo sobre sus hombros, sin embargo, desde que había hablado con Fleur el día anterior, se sentía mucho mejor, pero al llegar a casa, a pesar de las continuas desilusiones y callejones sin salida, lo único que lamentaba... era que no había visto despierta a Eowyn... Aún era muy temprano respecto al horario normal en que solían dormirse, pero esa noche, viéndola desde la puerta de su dormitorio, comprobó que la chica ya estaba en su cama durmiendo profundamente...

Ian había suspirado desilusionado, desde el arco podía ver su cabellera suelta y abierta sobre el tapado, usualmente Eowyn se lo trenzaba o cogía en un tomate alto para dormir, que no le hubiera hecho nada a su larga melena albina, le decía que la joven estaba de verdad agotada... Se sentía desilusionado, le hubiera gustado hablar aunque fuera unos minutos con ella... el estar en la sede era muy distinto de estar sin obligaciones en casa... Bueno, supuso que no podría ver sus ojos grises esta vez... Suspirando, Ian se pellizcó el puente de la nariz y se encaminó a su cuarto, ya estando en él, se quitó la ropa dejándola en la butaca a los pies de la cama, dejó su celular y pastillero con los supresores en la mesa de noche y se dejó caer sobre el colchón ya con el pantalón del pijama y una camiseta blanca puestos... Parecía que se estaba volviendo demasiado dependiente de Eowyn... pero... en el último tiempo, parecía necesitarla con mucha más intensidad a su lado... Desde lo de Zia, es que la figura de esa arconte se había vuelto mucho más intensa a su lado, estaba consciente que ella siempre había estado ahí cuando había tocado fondo, incluso cuando no, pero durante ese poco más de un año y medio, se había sorprendido de lo mucho que dependía de ella, incluso... quizás estaba siendo demasiado insistente...

Jamás había pensado que llegaría a estar tan destruido al perder a alguien... la muerte de Zia siendo consumida por Fledïr le había dejado un gran vacío, incluso tras todos esos meses, seguía teniendo pesadillas con ese evento en el Creek... incluso seguía viendo en sus sueños a la Zia que había amado... o que creía haber amado... ya nada estaba seguro, si bien sabía que en un inicio la Zia Blanchett que había conocido era auténtica, no sabía en qué momento había dejado de ser ella para convertirse en Feldïr... ¿y si la que había besado no había sido ella? ¿Si la mujer a la cual le había hecho el amor no había sido Zia...? ¿Hasta qué punto había sido manipulado...? Ian se frotó el rostro con ambas manos, toda esa historia aún le afectaba... el dolor que había sentido había sido enorme y aún tenía vestigios de esas largas horas de llantos y recriminaciones hacia la vida plasmados en su corazón... y... lo peor, es que Eowyn había sido testigo de todo eso... de su peor parte, del yo que le avergonzaba... de aquel que también la había hecho llorar...