The Old Toons 1️⃣

Baby demon #1

😁 ¡Hola! 😁

¡¿Cuanto tiempo mi gente?! ¡No tienen idea de cuanto los extrañe!

Estoy en proceso de cumplir las peticiones que tengo pendientes y, a pesar de la lenta actualización, recuerden que un acepto peticiones XD

Antes de empezar a leer quiero decirte algo Luna: se que querías que Bendy, Sammy, Boris y Alice fueran pequeños pero no se me ocurrió nada con eso, aunque solo te diré que la parte de Devil si aparecerá después

¡Espero que les guste a todos~!

Nota: Peticiones por privado o en mi muro por favor 😄

Petición de: -Luna_blue-

El par de hermanos, la coneja y el gato estaban en la cocina del gran castillo en el Páramo,  hablando animadamente entre ellos y comiendo, disfrutando del día sin problemas. Todo era paz y tranquilidad...hasta que el fuerte ruido de la puerta principal abriéndose. Ellos no pudieron evitar mirarse entre ellos con confusión, corriendo hacia la sala y deteniéndose en seco al ver a un hombre mucho más alto que ellos, vestido de bata completamente azul junto a un gorro mágico con muchas estrellas y una luna en el medio, además de tener una larga barba gris.

-¡¿Yen Sid?!- Mickey y Oswald no pudieron evitar mirarlo con gran sorpresa, sus ojos bien abiertos. Ink se hundió ligeramente en su lugar, los hermanos y el felino mirando entre si por un momento, sin entender mucho y acercándose a su amiga.

-¿Quien es el vejete?- Cup se inclino hacia ella y le pregunto en voz baja, mirando al e sombrero estrellado.

-Es Yen Sid- río ligeramente, divertida con el apodo. -Es el creador del Páramo y dicen que también creo el pincel mágico- sus amigos soltaron un ligero "Ho" en señal en entendimiento, para después mirar al más alto con atención.

-¿Qué...?- el ratón se rasco ligeramente la nuca, sintiéndose nervioso y algo ansioso. -¿Qué haces aquí, Yen Sid?- termino por preguntar. -¡¿Paso algo malo?!- entro el pánico. -¡¿Estoy en problemas?! ¡¿Tengo que volver?! ¡¿Yo...?!- se callo al ver al mago alzar la mano, sonriendo con lo que parecía ser diversión ante el pánico ajeno.

-Tranquilízate, Mickey Mouse, nada ha pasado- hablo con tranquilidad, su mano alzada empezando a brillar ligeramente. -Solo he...venido a devolver algo que creo que es tuyo y de tus amigos- una pequeña figura, rodeada de un aura brillante, apareció flotando a su lado.

-¡¿Bendy?!- reconocieron a su amigo pero había un pequeño detalle que estaba mal: el demonio era mucho más pequeño de lo que recordaban.

-¡Hola!- sonrío, pareciendo avergonzado, su voz sonando terriblemente infantil. Se había convertido en un infante.

... ... ... ...

-¡¿ASUSTASTE A YEN SID?!- gruño Oswald con el ceño fruncido. -¡¿Por qué?!-

-¡No fue a propósito!- chillo Bendy con un puchero, cruzando con algo de dificultad sus cortos brazos y desviando la mirada, su cola moviéndose con nerviosismo. -¡Lo que menos espere es que me viera como amenaza y me hiciera un "abracadabra" raro!- el conejo alzo la mano con el ceño fruncido, con ganas de sacudir al demonio.

-Muy bien, muy bien. Vamos a calmarnos, ¿si?- Felix se interpuso entre ambos, sonriendo con nerviosismo. -Yen Sid dijo que esto es totalmente temporal- señalo hacia el pequeño.

-¡Si!- Mickey saltó, mostrandole una sonrisa a su hermano. -Solo debemos cuidarlo hasta que vuelva a la normalidad- movió ligeramente la cola. -Sera fácil...¿o no?- miro a sus amigos, quienes se encogieron de hombros.

-Bien...- bufo el rey, dando media vuelta y caminando hacia la cocina. -...pero antes, quiero terminar mi comida- el gato y el ratón asintieron, siguiéndolo rapidamente. El pequeño demonio se relajo por un momento, mirando de reojo a quienes lo acompañaban aun al sentir sus ojos sobre su mini-persona. Frunció el ceño la sonrisa divertida que Cup tenía en su rostro. Esa no era una buena señal. 

-Ni...una...palabra- gruño Bendy pero su voz infantil no le ayudo y ser mucho más pequeño que antes, con sus extremidades ahora cortas y mucho más torpe que nunca tampoco sirve para intimidar a alguien. Los hermanos copa e Ink miran fijamente al pequeño ser de color negro, con cola y cuernos que esta frente ellos. Parpadean lentamente y luego, empiezan a reír a carcajadas, prácticamente tirándose y retorciéndose en el piso, incluso con unas ligeras lagrimas saliendo de sus ojos. -¡Dejen de reírse, malditos!- saltó para estar en el suelo y poder pisotear, molesto, cruzándose de brazos y frunciendo el ceño. Ellos se relajan un poco y se sientan en el piso pero aun están soltando leves risa.

-Bendy, no te ofendas, pero...- la coneja sonríe enormemente, apenas ahogando la carcajada que quiere salir de su boca. -...creo...creo que no estas a la altura de maldecir-

-¡Soy un demonio y puedo maldecir todo lo que quiera, carajo!- se queja con enojo.

-Sin berrinches- hablo Mug, luchando para no reírse a carcajadas otra vez.

-¡JÓDANSE!- el demonio se dio media vuelta, totalmente dispuesto a irse a donde sea pero unas manos lo agarraron y lo levantaron a pesar de sus protestas. -¡Bájame!-

-Tranquilo, enano- sonrío Cup con diversión, manteniendolo lejos de si mismo y sin molestarse por las luchas ajenas.

-¡Voy a hacerlos sufrir!- estiro los brazos hacia la tasa, frunciendo el ceño con enojo, concentrándose para convertirse en un charco de tinta para caer al suelo, pero lo único que consiguió fue que un par de gotas de tinta escurrieran por su frente. -Agh...- gruño al sentir el liquido entrar a sus ojos, cerrándolos e intentando limpiarse el rostro con las manos pero solo termino por empeorarlo. Se removió con molestia, sintiendo como lo movían, un brazo acunándolo contra algo cálido y una suave tela limpiando su rostro. Parpadeo un par de veces, encontrándose acunado entre los brazos de Cup, con este y sus amigos mirándolo fijamente.

-¿Estás bien?- pregunto Mug con un toque de preocupación.

-Excelente~- gruño de mala gana, relajándose entre los brazos ajenos y alzando los brazos con drama. -Estoy atrapado en esta mini-forma por quien sabe cuanto tiempo y para colmo, no tengo poderes- bufo con molestia. -¡Que mala suerte!-

-Tranquilo, todo estará bien- sonrío Ink con cariño.

-¡Tiene razón!- asintió la tasa de pantalones azules. -Estarás de vuelta a la normalidad en muy poco tiempo, ya veras-

-Eso espero...- suspiro con algo de tristeza.

-Mejor vayamos a la cocina, antes de que ellos se coman todos- Cup hizo el amague de bajar al demonio pero este se resistió, aferrándose a la remera negra.

-Llévame, ho mi caballero de brillante armadura~- canturreo con diversión, acurrucando ligeramente contra el pecho ajeno.

-Eso suena tan raro viniendo de algo tan pequeño- rodó los ojos pero empezó a caminar, escuchando las risas de su hermano y de la coneja. Se metieron en la cocina, uniéndose a sus amigos para continuar comiendo lo que dejaron a medias.