The Old Toons 1️⃣

Perdido

Algo cortito que se me ocurrió después de ver un par de imágenes ^_^

Espero que les guste~

Nota: Para lo que no lo conozcan, Tattletail es un juego de terror y, en cuestión de aspecto, se parece un poco a un Furby

Nota-2: En mi cabeza, la voz que tiene Tattletail en el juego, la usa para llamar la atención porque suena más fuerte XD

Bendy no pudo evitar suspirar con cansancio. En un momento había estado siguiendo a sus amigos y de pronto, estaba solo, perdido en medio de la nada de "Ciudad Creepy".

-Que mala suerte...- se rasco ligeramente la nuca, sin saber si seguir caminando o simplemente quedarse quieto a esperar a que lo encontraran.

-¡NO MORE MAMA! ¡NO MORE MAMA!- sonó fuerte y repentinamente, asustando al demonio. Parecía una voz gravada. Él miro a su alrededor, notando que algo se removía entre los arbustos. Se acerco con curiosidad, moviendo las hojas a un lado para revelar a quien se que estuviera ahí.

-¿Pero qué...?- parpadeo con confusión: atrapado entre las rapas había un pequeño ser de grandes ojos celestes y una sonrisa, con grandes orejas paradas que parecían estar atentos a cualquier ruido, el pelaje que tenía en frente y alrededor de sus ojos era de marrón claro, mientras que el resto era violeta, no tenía brazos pero si patas.

-¡Hola~!- saludo, su voz sonando más natural.

-¿Hola?- enarco una ceja. -¿Quién eres?-

-¡Me Tattletail!- rio ligeramente el pequeño ser.

-Soy Bendy- sonrío ligeramente. -¿Necesitas ayuda?- pregunto con diversión al verlo removerse en su lugar.

-Por favor- pareció asentir rápidamente. Bendy desenredo lo que pudo y agarro a Tattletail, dando un tirón y cayendo de sentón cuando fue liberado repentinamente. -¡Muchas gracias~!- rio con alegría, moviendo enérgicamente sus orejas y sus patas.

-De nada- sonrío, sentándose de piernas cruzadas y alzando al pequeño para poder mirarlo cara a cara. -Por casualidad, no sabrás como llegar a la casa de Slender ¿o si?- suspiro con algo de desanimo cuando Tattletail lo miro con los ojos bien abiertos, luciendo confundido. -Tomare eso como un "no"- lo dejo en su regazo y se quedo en silencio, escuchando como el pequeño simplemente reír. Estuvieron así unos cuantos minutos, cuando unos fuertes y pesados pasos se empezaron a escuchar. El demonio no pudo evitar fruncir el ceño, quien sea que estuviera caminando se oía demasiado cerca para su gusto.

-¡NO MORE MAMA! ¡NO MORE MAMA!- entro en pánico cuando Tattletail empezó a chillar.

-¡Shh!- intento silenciarlo pero él simplemente lo ignoro, repitiendo la misma frase con fuerza. Bendy se encogió ligeramente en su lugar cuando noto una gran figura acercándose lentamente a ellos.

-¿Tattletail?- hablo el recién llegado y, cuando estuvo lo suficientemente cerca, el demonio lo pudo ver bien: era un oso de color café, con un moño negro en donde estaría su cuello y un sombrero de copa negro sobre su cabeza. A simple vista, parecía estar echo de metal.

-¡Hola Freddy~!- saludo con anergia, saliendo del regazo ajeno y acercándose al recién llegado con pequeño saltitos.

-Hey- pareció relajarse al ver al pequeño ser. -¿Quien es tu amigo?- Bendy se sobresalto y sudo algo de tinta al notar que el de sombrero lo miraba.

-Hola- saludo con algo de timidez, sin saber si ese oso seria bueno con él o no.

-¡Él es Bendy!- el pequeño salto hacia el demonio, volviendo a subirse a su regazo con un buen salto. -¡Me ayudo!- sonrío enormemente. -¡Y ahora necesita ayuda!-

-¿Te perdiste?- pregunto Freddy, sonando divertido.

-Si, tengo mala suerte- se rio ligeramente, abrazando a Tattletail y parándose, acercándose al más alto. -¿Sabes como llegar a la casa de Slender? Mis amigos están ahí y...no tengo idea de por donde ir- murmuro lo ultimo.

-Claro, puedo llevarte allí- Freddy se agacho ligeramente, extendiendo su mano hacia el demonio.

-¿He?- lo miro con curiosidad pero termino por aceptar la mano ajena, aferrándose a Tattletail y apenas conteniendo un chillido al ser repentinamente alzado, siendo depositado sobre uno de los hombros de Freddy. -¡Genial~!- sonrío enormemente ante la repentina altura, el pequeño riendo con alegría cuando el oso empezó a caminar. -Entonces, grandote...- hablo, balanceando ligeramente lo pies. -...¿Qué se supone que eres?-

-Un animatronico- respondía rápidamente, riendo al notar de reojo como el demonio lo miraba con curiosidad.

-Esa debe ser toda una historia- sonrío, incitándolo a continuar.

-Fue hace muchos años...- empezó a contar.