- capítulo 25 -

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Carlos soltó un suspiro, a lo que yo sonreí, subiendo mis besos a su boca.

-Vamos a llegar tarde.- dije, causando un quejido por su parte.

-Si sigues así voy a tener que decir que estoy enfermo.

-¿Y qué vas a hacer cuando estés aquí solo?- pregunté en su oreja, sabiendo lo que eso provocaba en él.

-Lo sabes perfectamente.- respondió, con la voz entrecortada.

Me levanté de la cama, colocándome bien la falda que llevaba puesta y pasándome las manos por el pelo en un intento de peinarlo, pero fue en vano.

Di un repaso a la habitación, y me agaché para recoger del suelo la camiseta de Carlos. Se la pasé, no sin antes darle un repaso a él también.

Sonreí inocentemente, él volvió a suspirar.

-Otra vez será.- dije, encogiéndome de hombros y saliendo de la habitación.

Bajé rápidamente las escaleras, cogí unas galletas para el camino, porque no tenía tiempo de desayunar, me puse la mochila y fui a la entrada de mi casa.

-¡Joan, Carlos, moved el culo que llegamos tarde!

Joan bajó corriendo las escaleras, por su cara, se había dormido.

-¿Y Carlos?- pregunté, como si no hubiese estado en su habitación apenas dos minutos antes.

-Ya estoy, perdón.- llegó a mi lado y me quitó las galletas, cogiendo un par para él.- Me había dormido.

Sonreí, nos podríamos dedicar al teatro.

Fuimos andando a paso ligero hacia el instituto, el cual estaba bastante cerca de nuestra casa, pero aún así llegamos tarde.

-Te veo luego, pesado.- me despedí de Joan y entré en mi clase.

***

-¿Dónde os habíais metido esta mañana?- preguntó Sabela, mientras se llevaba un trozo de comida a la boca.

-Se nos fue la hora.- respondió Carlos, cosa que, al fin y al cabo, era verdad.

-¿Hacemos algo esta tarde? Va, que es viernes.- dijo Miki, ganándose la atención de todos.

-Claro.- respondieron varios, entre los que me incluía.

-¿Tú no tenías algo que hacer luego?- me preguntó Carlos, mirándome con intensidad.

Alcé una ceja y negué con la cabeza.

-Pues esta mañana has dicho que esta tarde ibas a estar ocupada.

-Puede esperar.- contesté, aguantando una pequeña risa.

-No puede.- susurró Carlos, poniéndome la mano en el muslo.

Miré a nuestros amigos, ninguno nos estaba prestando atención, hablaban entre ellos.

-Lo dejamos para otro día, no podemos seguir pasando del resto.- dije con nerviosismo, ya que Carlos había empezado a mover su mano.

-¿Estás segura?- preguntó, desplazando sus movimientos hacia la parte interna de mi muslo.

-Segurísima.

Comenzó a subir su mano por mi pierna, rozando ya la zona peligrosa.

No le paré, por lo que continuó, consiguiendo que yo soltase un suspiro y levantase la cabeza.

-¿Estás bien?- preguntó Damion, fijándose en mí.

Su pregunta consiguió que la mayor parte del grupo se girase a mirarme.

Asentí, no quería articular ninguna palabra, pues sabía que me iba a salir la voz ronca, y no era plan de que Carlos me provocase más.

-¿Seguro? Yo creo que deberías ir a que te dé el aire.- dijo el causante de todo aquello.

Le miré enfadada, a lo que él respondió sonriendo y subiendo más su mano por debajo de mi falda, llegando al extremo de mi ropa interior.

Me levanté, consiguiendo que él dejase lo que estaba haciendo y entablase una conversación con Noelia como si nada hubiese pasado.

-Ahora vuelvo.- dije antes de irme rápidamente de allí.

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Fin del maratón, gracias por leer, espero que os haya gustado mucho.✨🖤

Hasta mañana...✌🏽

Lo Siento; julrightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora