- capítulo 37 -

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Antes de lo que pensaba, llegaron las vacaciones navideñas.

Y ese día, 24 de diciembre, me encontraba esperando en la entrada de mi casa para irnos a la cena familiar.

Me giré al oír pasos apresurados por las escaleras, viendo a mi hermano mellizo correr hacia la puerta.

-Llegamos tarde.- dijo.

-Yo llevo aquí un rato ya.- repliqué.

Joan se encogió de hombros.

Entonces vi a Carlos bajar también y acercarse a nosotros.

Bueno, a mí.

-Qué guapa.- dijo, dándome un beso en la mejilla.

Yo le di un golpe leve con el codo, señalando a Joan con la cabeza.

-Encima de que te digo algo bonito...- dijo, yo no pude aguantar una risa.

-Oye, que estoy aquí.- dijo Joan, cruzándose de brazos.

-Míralo, se pone celoso de que no le demos cariño a él...- dije, y crucé una mirada con Carlos, que él entendió perfectamente, pues a los dos segundos estábamos abrazando a Joan cada uno por un lado.

-No puedo ni respirar.- dijo, yo le revolví el pelo.

-Igual de pesado que cuando era pequeño.

-Igual de tonta que cuando nació.- contestó, imitando mi tono de voz.

Entonces los dos nos reímos. Carlos nos miraba con ternura, y justo en ese momento apareció mi madre.

El viaje en coche fue silencioso, no tardamos mucho en llegar a casa de mi abuela, la cual me recibió con un abrazo.

-¡Carlos, que mayor estás! La última vez que te vi tenías solo doce años, y mírate ahora. ¿No está muy guapo, Julia?- dijo mi abuela, con su diarrea verbal habitual.

-Sí.

-Mucho mejor que el chico ese con el que saliste hace unos años, ¿cómo se llamaba?

-Javi, abuela.

-Ah sí, ese.- se calló unos segundos, y continuó con su bombardeo de comentarios que me hacían sentir incómoda- Bueno y qué, ¿habréis hecho cositas vosotros dos, no?

-¡Abuela!- exclamé- no, sólo nos llevamos bien.

-Pues es una pena.- dijo, luego cogió a Carlos del brazo y se lo llevó al interior de la casa.

Traté de no reírme, pero sabía que en ese momento le estaba haciendo un interrogatorio.

-Ya ni saludas, eh Juls.- oí una voz a mis espaldas.

-¡Pablo!- le abracé, era mi primo favorito.

Saludé a toda mi familia y me senté entre Carlos y Joan.

La cena transcurrió con normalidad, al menos hasta el postre, donde mi abuela volvió a hacer uso de sus preguntas incómodas.

-Bueno, ¿entonces tienes novia, Carlos?

-Eh...- podría afirmar que estaba pálido -algo así.

Traté de contenerme, pero no pude evitar mirarle mal al oír su respuesta, él se percató de esto, porque se puso más nervioso.

-Sí, si que tengo novia.- rectificó.

-Pues podrías haberla traído, y así la conocíamos, porque yo me acabo de enterar ahora.- dijo mi madre.

-Es que tenía cena familiar, y eso...

-¿Y cómo se llama?- preguntó una de mis tías.

En mi familia no eran más cotillas porque no se lo proponían.

-Ju... Alba, se llama Alba.- dijo, poniéndose rojo.

-Sí claro, no te jode...- susurró Joan.

-¿Y cómo es?

Carlos acarició mi rodilla por debajo de la mesa, lo que me hizo recordar el numerito que montamos hace un par de meses en el comedor del instituto, y deseé que no tuviese las mismas intenciones esa noche.

-Pues es increíble, es la mejor persona que he conocido.- dijo, subiendo su mano por mi pierna- es muy dulce, aunque también es divertida, no sé... Es perfecta.

Tuve que cogerme con fuerza al reposabrazos de la silla, en parte por sus palabras, y en parte por su mano.

-Míralo, si está enamorado y todo...- comentó mi prima, y entonces lo supe.

Esto sólo acababa de empezar.

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Gracias por leer, mañana más.✌🏽

PD: sé que es un poco mierda el capítulo, pero bueno...

Lo Siento; julrightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora