- capítulo 11 -

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Habían pasado dos semanas de la fiesta, y Carlos no me hablaba.

¿Yo qué le había hecho?

Quizá le había molestado que estuviese casi todo el tiempo desde que volvió evitándole o hablándole mal, pero era raro que se molestase ahora cuando podría haberlo hecho al llegar.

¿Y por qué me molestaba tanto que él me evitase? Si era justo lo que quería, ¿o no?

Estaba frustrada porque no me entendía.

Y claro, si ni yo misma me entendía, ¿cómo iban a entender a los demás?

-Carlos es estúpido.- les dije a Sabela y Marilia, contándoles todo aquello.

-Pero si es una ricura de persona.- dijo Marilia, mientras le hacía una trenza a Sabela.

-Marilia tiene razón.- dijo ésta.

-Claro, porque a vosotras os habla, pero de mí pasa como de la mierda.- repliqué.

-Tú estás muy rara desde que llegó, sobretodo desde que se empezó a liar con la chica esa.- dijo Marilia.

-Vamos, que estás celosa.- concluyó Sabela.

-No estoy celosa. Y eso duró una semana, después de la fiesta se empezaron a tratar como completos desconocidos. Y a mí también me empezó a tratar así.

Sabela se me quedó mirando.

-Lo tienes muy controlado, eh.

-No.

-A lo mejor se ha dado cuenta de que es gay y no quiere hablar con chicas.- bromeó Marilia.

Sabela estalló en carcajadas.

-No porque le gusta...

-¿Quién le gusta?- la interrumpí.

-Eh, no te lo puedo decir, además ni siquiera lo sé seguro. A ver, se le nota, pero no me lo ha dicho.

Suspiré.

-¿Qué te importa a tí quién le guste?- Joan se sentó en la mesa.

-¿Qué te importa a tí lo que me importe?- respondí.- y no escuches conversaciones por la espalda.

-Tengo oídos, ¿sabes? Y a Carlos le has hecho daño, si quieres saber lo que le pasa habla con él.

-¿Yo a él? Venga ya, Joan, soy tu hermana melliza, sabes que nunca le haría nada.

-Sí, cuando teníais seis años, pero ahora los dos habéis cambiado. Julia, te quiero, pero si te digo esto es porque él me ha dicho algo.- dijo Joan.

-¿Te ha dicho que hables conmigo?- pregunté.

-No, pero me ha dicho por qué te evita.

-¿Y no me lo cuentas?

-He prometido no hacerlo.- respondió haciendo el gesto de cerrar una cremallera imaginaria en su boca.

Rodé los ojos, al parecer, nadie me podía contar nada hoy.

***

Llegué a mi casa, y como todas las tardes, estábamos Carlos y yo solos.

Esa tarde íbamos a hablar como que me llamo Julia Medina.

__________

Gracias por leer, si le dais apoyo quizá suba otro más esta tarde (es que tengo muchos borradores escritos y me apetece xd)

Tened un poquito de paciencia, creo que los próximos capítulos os gustarán, sólo digo eso...💛

Lo Siento; julrightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora