- epílogo -

2.3K 85 77
                                    

Ocho meses después:
Principios de Septiembre.

Abrí los ojos lentamente, encontrándome con la habitación completamente a oscuras.

Cuando mis ojos se hubieron acostumbrado a la oscuridad y ya podía ver bien, me giré, quedando apoyada en el otro costado.

Carlos estaba profundamente dormido, me gustaba verlo así, tranquilo, sin preocupaciones.
Podría pasarme horas mirándole dormir.

Le di un pequeño beso en la nariz y me levanté, tratando de no hacer ruido.

-Juls...

Me senté al borde de la cama.

-Sigue durmiendo.- susurré.

-Ven conmigo.- dijo, y aún sin abrir los ojos se echó a un lado, haciéndome hueco entre sus brazos, que yo acepté encantada.

-Recuerda que tenemos que terminar de recoger las cosas.- dije.

-Eso no importa ahora.- contestó, acariciándome el pelo, haciendo que, minutos después, me durmiese de nuevo.

***

-Julia, Carlos... Han venido vuestros amigos.- dijo mi madre, subiendo las persianas, consiguiendo así que nos levantásemos de la cama.

-Ya vamos.- murmuré.

Abrí el armario, que se encontraba casi vacío, y cogí todo lo que había dentro, dándole su pequeño montón de ropa a Carlos, y cogiendo lo mío para vestirme.

Entré en el baño, y al salir, ya lista para bajar, Carlos estaba cerrando la última maleta.

Miré con pena mi habitación, sabiendo que, exceptuando las visitas que hiciese en Navidad u otras fiestas, iba a estar desocupada.

Carlos me abrazó por detrás, dejando un beso en mi cuello.

-¿Estás segura de esto? No quiero que lo hagas sólo por mí.

Le callé con un beso.

-Estoy segurísima, pero el momento de irse no va a ser fácil.

Asintió, dándome a entender que lo entendía, entendía cómo me sentía, y eso me daba seguridad, tenerle a él al lado me garantizaba que nada podía ir mal.

-Vamos, nos están esperando estos.- dijo, entrelazando nuestros dedos.

Bajamos las escaleras en silencio, y abajo estaban ellos, mis catorce personas favoritas, a excepción de Carlos, claro.

-¿Qué os pensábais, que os íbamos a dar un abrazo y ya?- dijo Sabela, recibiéndoles a ambos.- Hemos pensado algo para hacer hoy.

Me reí, y uno a uno empezamos a salir, aunque ni Carlos ni yo supiéramos dónde íbamos.

-¿Vamos andando?- pregunté.

-Sí, ya tendrás tiempo de estar sentada en el viaje.- dijo Miki.

-¿Estás cansada?- preguntó África.

-De qué será...- dijo Damion en tono sugerente, sin darme tiempo a contestar.

-Os odio, ¿lo sabéis, verdad?

Lo Siento; julrightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora