- capítulo 28 -

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Entre clases, exámenes, salidas, "citas" e intentos de llegar a hacer algo sin que nadie ni nada nos interrumpiese, llegó el día de mi cumpleaños.

Empezó como un día normal y corriente, ya que tenía clase, pero no me importaba.

-Pequeñaja.- me llamó Carlos en el descanso entre clase y clase.

-Ya tenemos la misma edad.- le repliqué.

-Pero a mí me queda un mes y poco para los dieciocho.

-Bueno, ¿qué pasa?- pregunté.

-¿No crees que es un rollo estar aquí el día de tu cumpleaños?

-¿Me estás sugiriendo algo?

-Ven conmigo.- dijo, cogiéndome de la mano.

Le miré extrañada hasta que comprendí a dónde nos llevaba.

Al despacho de mi madre.

Sí, mi madre es la directora del instituto, pero eso es algo que no me gusta que la gente sepa, solo mis amigos.

Llamó a la puerta.

-¿Qué haces?- susurré.

En ese momento nos abrió mi madre, y al ver que éramos nosotros relajó sus facciones, mirándonos con dulzura.

-¿Qué pasa, no tenéis clase?

-Julia no se encuentra bien.- dijo Carlos antes de darme tiempo a reaccionar.

-Cariño, ¿qué te pasa?- preguntó mi madre, poniéndome las manos en los hombros.

-Yo... eh...- iba a decir algo pero Carlos me pegó un leve codazo- me duele la cabeza.

-Y a mí también me está empezando a doler bastante, creo que deberíamos ir a casa a descansar.- dijo Carlos, poniendo cara de cansado.

Esto ya lo he pensado alguna vez, pero podría ser actor.

-Pues sí, ahora os hago un parte de salida, encima en tu cumpleaños, Julia.- mi madre me miraba con pena, yo bajé la cabeza, tratando de hacer ver que me encontraba fatal.

Unos minutos después, nos dió la autorización firmada para salir y un abrazo a cada uno.

-Gracias Maribel.- dijo Carlos.

-No os preocupéis por vuestras cosas, os las llevará Joan a casa, Carlos, cuídala mucho.

-Lo haré.- respondió, antes de cogerme del brazo y llevarme hacia la salida.

Caminamos en silencio, y cuando estuvimos lo suficientemente lejos del instituto, me separé de él.

-¿Cómo se te ocurre mentir para escaparnos?- pregunté, elevando quizá demasiado el tono de voz.

-¿Preferirías que le hubiese dicho la verdad?- contestó.

Me encogí de hombros.

-Vamos Juls, tengo algo para tí.

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Este capítulo es una mierda más para rellenar que para otra cosa, pero bueno, gracias por leer.

Lo Siento; julrightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora