- capítulo 36 -

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-No sabía yo que tenías esta fantasía...- susurré, notando su aliento en mi cuello.

-Desde el día que volví aquí.- dijo, con la voz ronca.

-¿Entonces solo me quieres para esto?- bromeé, bajando mi mano por su torso.

-Mejor no te digo para lo que te quiero ahora mismo.

Se lanzó de nuevo a mis labios, llevábamos unos minutos así, yo sentada en la encimera de la cocina y él de pie delante mío.

-Carlos...- suspiré, sin poder evitarlo -aquí no...

Él no me hizo caso, sólo deslizó sus manos por mis caderas. Repitió el movimiento varias veces, bajando cada vez más.

Y al sólo llevar puesta su camiseta y unas bragas, no le costaba más esfuerzo que meter las manos por dentro de la poca ropa que me cubría para hacerme gemir. Y yo le ponía las manos en la nuca, acercándolo a mí.

-Si sigues así vamos a tener que limpiar mucho luego.- susurró en mi oreja, dejando un pequeño mordisco en ésta.

-Pues imagínate si me quitas eso.- dije, sintiendo cómo bajaba sus besos.

-¿Quieres que lo haga?- preguntó, sin despegar más de un centímetro sus labios de mi piel.

-Sí.- susurré.

Sonrió, y en menos de diez segundos ya estaba ahí abajo.

***

-Está muy fría el agua.- dije.

-Has sido tú la que ha decidido esto.- contestó Carlos, pasando sus dedos por mi pelo mojado.

-Pues ha sido mejor que la encimera.

-Perdona que lo dude, pero tus suspiros no decían lo mismo.- dijo, acariciando mi mejilla.

-¿Salimos?- pregunté.

-Unos minutos más...

Asentí, y cerré los ojos, concentrándome en las caricias de Carlos, en el aroma de su cuerpo, en el suave tacto de su mano izquierda en mi mano...

-Espera aquí.- dijo, dándome un último beso en la mejilla, y saliendo de la bañera.

Al cabo de dos minutos más o menos volvió, con un pijama puesto y una toalla seca en las manos.

-Ven.- dijo, dándome la mano.

Salí del agua, quedando completamente expuesta a él, cosa que no me importaba lo más mínimo.

Me enrolló en la toalla y me cogió en brazos.

-¿Y esto?- pregunté.

-Eres un bebé, así que tendré que tratarte como tal.

Reí, negando con la cabeza.

Llegamos a mi habitación, me hizo sentarme en la cama.

-¿Me vas a vestir también?- pregunté.

-Bueno, vístete tú si quieres, y ve al baño pequeño.- dijo, a lo que yo le miré sin entender nada- ese pelo tiene que estar seco, hace frío.

Asentí, e hice lo que él me había dicho.

Se encargó él personalmente de secarme el pelo, con delicadeza, dejando suaves caricias en éste cada vez que podía.

Podría vivir eternamente en aquellos pequeños detalles que, sinceramente, me daban la vida.

Al acabar bostecé, él me miró con ternura.

-¿Vamos a dormir?- propuso, entrelazando nuestros dedos.

-Claro.

Nos acostamos, pasándonos el edredón por encima y acurrucándonos.

-Carlos...

-Dime.

-¿Qué querías decirme ayer?- pregunté, directa.

Me miró a los ojos, dudoso.

-A lo mejor te parece algo precipitado, pero...

-Pero...- repetí, animándole a continuar.

-Si tú no quieres no pasa nada, tampoco quiero que ésto cambie mucho las cosas...

-¿Me lo vas a decir ya o qué?

Desvió la vista hacia el techo, la habitación se mantuvo en silencio durante unos dos segundos, y luego volvió a clavar sus ojos en los míos.

-¿Quieres ser mi novia?- preguntó, de la manera más inocente y bonita que había escuchado nunca.

Sonreí, acercando mi rostro al suyo, y junté nuestros labios, casi sin borrar la sonrisa.

-Claro que quiero, pensaba que estaba claro.

-No sé, era por si acaso.

-Pero, ¿cómo no voy a querer estar contigo, si eres así de mono?- dije, aumentando aún más la sonrisa.

Era consciente de que probablemente le estaba mirando con la cara más tonta del mundo, pero me daba igual si era a él.

-Te quiero.- dijo, dejando un rastro de besos, pasando primero por la punta de mi nariz, mis mejillas y terminando en mis labios, con una dulzura que a mí sólo me producía felicidad.

Y es que estar con él me producía eso, felicidad.

-Y yo a tí.- contesté, hundiendo mi cabeza en su cuello.

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Gracias por leer y por las 14K, sois increíbles jo 🤧😍💖

PD: se vino

Lo Siento; julrightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora