Capítulo 11 parte 3/3.

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Luego de almorzar junto a la mayoría de mi familia (Ignacio, Raquel y Daniela), yo me despedí de ellos y regrese a la empresa para seguir trabajando...

De regreso a la empresa...

Narra Mathías.

Luego de almorzar junto a Renata y Tanía, yo seguí a Tanía, hasta la oficina de mi prima y le pregunte :

—¿Sabes sí Estefanía, ya regreso a la oficina? —Pregunte curioso.

—Tanía (Curiosa): Acabo de entrar para revisar, pero aún no regresa. ¿Por qué? ¿Necesitaba algo?

—Nada importante, solo quería conversar con ella unas cosas personales, pero ya que estas tú aquí, no te gustaría escucharme?

—Tanía: Buen intento, pero ya le dije que no tiendo a mezclar lo personal con lo laboral, ¡Así que por favor ya entiéndalo! —dijo firme.

—Ok, lo entiendo. Pero ya que no te gusta mezclar lo personal con lo laboral, porque no aceptas ir a tomarte un café conmigo fuera de la empresa. Y sí te hace sentir más cómoda, no tenemos que hablar de nada personal sí no quieres, puede ser solo laboral... ¡Cómo un café de negocios! —dije interesado.

—Tanía (Firme): Sí es algo laboral podemos hablarlo aquí, no hay necesidad de salir de la empresa, ahora sí me disculpa, ¡Tengo que entregar estos papeles! —Dijo levantando la carpeta con los papeles. —Con permiso. —dijo para intentar irse, pero la detuve.

—¡Tanía, por favor espera! No crees que hay una forma de resolver esto... —decía, pero me interrumpieron.

Narra Estefanía.

Yo acababa de llegar a la empresa y me dirigía a mi oficina, cuando me encontré a Mathías, hablando con Tanía...

Mathías: ¿No crees que hay una forma de resolver esto?.. —Le decía al Tanía.

—Disculpen, interrumpo algo? —Pregunte curiosa.

—Tanía: Para nada jefa, ya me dirigía a entregar estos papeles al contador y el señor Mathías, la buscaba para hablar con usted. —dijo firme.

—Perfecto, no te detengas y ve a entregarlos —dije firme.

—Tanía: Como mande jefa, con permiso. —dijo para luego irse.

—¡Adelante! —dije amable.

—Mathías: Bueno prima, sí me disculpas, yo voy a revisar unos papeles a mi oficina así qué... —decía, pero lo interrumpí.

—¿Pensé que habías venido para hablar conmigo? Y me parece estupendo, porque yo también tengo muchas cosas que hablar contigo, ¡Te parece sí entramos a la oficina! —dije seria al señalar mi oficina.

El Rosa Blanca.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora