El Rosa Blanca.

Capítulo 24 parte 1/2.

Al despertar la mañana siguiente...

Narra Estefanía.

Era mi primer día fuera de la empresa y ya tenía asuntos que atender...

Lo primero en mi día de hoy, era ir a la UDH para hablar con Gabriel y hacerle entrega de la información que tenía sobre el caso de papá.

Una vez en la UDH, sentada junto a Gabriel, en su escritorio... 

—Gabriel: ¿Qué es esto? —Pregunto confundido al recibir el sobre que le entregaba.

—Es un sobre que me enviaron hace unos días a la empresa y deberías leer lo que dice. —dije y él así lo hizo.

—Gabriel: “El juego a penas comienza...” Pero ¿Quien te envió esto? —Pregunto curioso.

—Al abrir el sobre, además del mensaje, tenía varios pétalos de una rosa blanca, y creó que con eso, ¡Es obvio saber quien es el remitente, no lo crees! —dije segura.

—¡El asesino de la rosa blanca! Pero esto no puede ser... —dijo sorprendido. —Respóndame una cosa Montiel.. —dijo y yo asentí. —¿Por qué no había traído este sobre antes? ¿Por qué traerlo justo ahora? —Pregunto curioso.

—¿Qué no es obvio Gabriel? A mí me entregaron ese sobre, justo después de que Ernesto y tú,  nos acusaran a Mathías y a mí de ser los asesinos de mi papá... ¿Qué pretendías que hiciera? ¿Qué fuera corriendo a buscarlos, luego de habernos acusado? Porque obviamente no iba a hacer eso. —dije sincera.

—Gabriel: Tiene razón, disculpe. —dijo amable. —Pero a partir de ahora necesito que me envíe cualquier información que le llegue, así esté molesta con la unidad o con alguien en ella... Necesito toda la información posible para atrapar al asesino de su padre, claro, sí eso es lo qué usted quiere que haga? —Pregunto dudoso al verme.

—Ya te dije que pienso ayudarte, así que no te pongas melodramático... —dije irónica. —Mejor dime: ¿Qué se supone que significa este mensaje? Porque hasta ahora no lo entiendo, a qué juego se refiere el mensaje? —Pregunte curiosa.

—Gabriel: La información del caso es confidencial, pero dado que quieres colaborar solo puedo decirte; que pensamos que el asesino quiere volver a matar y nos está avisando de sus planes, porque quiere jugar con nosotros, quiere que juguemos a encontrarlo o a intentar salvarle la vida a su próxima víctima. —dijo serio.

—Eso que dices: ¡Suena a algo muy macabro! Qué clase de persona puede ser tan cruel cómo para jugar con algo así... —dije espantada.

—Gabriel: Te sorprenderías sí te dijera cuantas personas lo hacen, en este trabajo es algo que se ve a diario... Pero lo que aún no entiendo, es por qué razón el asesino nos envió sobres a ti y a mí?

—Ya va, ¡Tú también recibiste un sobre! —Dije sorprendida.  —¿Y qué decía el tuyo? —Le pregunte curiosa.

—Gabriel: Decía lo mismo que el tuyo, sólo que ha diferencia de tu sobre, el mío se me fue entregado ayer...

—Sigo sin entender, qué clase de juego macabro es éste o mejor dicho: ¿Cómo por qué razón el asesino nos tiene que mandar un sobre a nosotros? ¿Qué podemos tener tú y yo en común para que nos envíe eso? —Pregunte confundida.

—Gabriel: ¡Lo único que se me ocurre, es el caso de tu papá! —dijo serio. —Tú fuiste quien encontró el cadáver de Luis, en la oficina y de alguna manera arruinaste la intromisión del asesino en la mansión... Y yo, soy quien dirige el caso de tu papá. —dijo seguro.

—Sí detective, pero eso no fue así sino hasta ayer, porque antes de eso el encargado del caso era Augusto, ahora dime tú: ¿Cómo hizo el asesino para saber todo eso y enviar el sobre tan rápido? —Le pregunte confundida.