Capítulo 45.

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Meses después...

Narra Estefanía.

Aun estaba temprano, eran cómo las 9 am y yo me encontraba en el cementerio visitando la tumba de Gerónimo...

—Me parece mentira que ya hayan pasado 5 meses desde tu muerte y yo siga extrañándote como el primer día... —dije viendo la rosa roja que traía en mi mano. —Te traje esta rosa, es de color rojo porque ese es el color del amor y es eso lo que yo siento por ti, amor. —dije al verlo. —No te imaginas, todo lo que ha pasado en estos 5 meses: Juan, comenzó el primer semestre de ingeniería civil y me alegra decir, que le va muy bien. —dije sonriendo. —En cuanto al restaurante, cada día le va mejor y a esa idea tuya, de la franquicia  en Miami, le va de maravilla, es todo un éxito entre los clientes y pienso que estarías muy feliz de verlo. Por cierto, casi lo olvidaba: ¡Mathías se reconcilio con su papá! No te voy a mentir, no son los mejores amigos, pero al menos lo intentan, se llevan como amigos y ya Mathías le dice papá. —dije feliz por ello. —Y yo, estoy cumpliendo la promesa que te hice de ser feliz, es por eso que acepte ser la novia de Alejandro hace unas semanas cuando me lo pidió, aunque la verdad es... Que no hay un solo día en el que no piense en ti, no hay un día en el que no me arrepienta por no haber llegado temprano a la cita en el restaurante y haberte dicho que te amo, porque es la verdad, te amo, y daría lo que fuera por saberte vivo, por tenerte aquí a mi lado. —dije soltando unas lágrimas.

Mientras en la Clínica...

Narra Alonso.

Yo me encontraba en mi consultorio, llevando acabo una de las terapias de Fátima... Ella estaba acostada en el diván y yo sentado en un mueble frente a ella.

—Dime algo Fátima: ¿No te importa qué tu familia siga creyendo que estás loca? Digo, ya van 7 meses desde que les hiciste creer que estabas loca. —dije curioso.

—Fátima: Claro que me duele Alonso, pero por protegerlos, soy capaz de lo que sea, inclusive pasar 10 años fingiendo. —dijo seria.

—Pero proteger a tu familia de qué? Siempre me dices lo mismo, que creaste este teatro para protegerte del Rosa Blanca, porque tenías miedo a que te lastimara a ti o a uno de los tuyos. Pero ya el Rosa Blanca está muerto, ¿Para qué seguir fingiendo? —Le pregunte curioso.

—Fátima: Estás haciendo lo mismo de la última vez, intentas que hable, pero no lo haré. ¡Yo no quiero que me maten! Allá usted sí no le preocupa su vida.

—Es eso lo que no entiendo, por qué debería de preocuparme sí el Rosa Blanca esta muerto? Tanto tú como yo, sabemos que es así, que a Paulina y a Renata, las mataron. —dije seguro.

—Fátima: Yo lo único que sé, es que no sé nada y usted tampoco, créame. —dijo seria. —Y ya deje de preguntarme por el Rosa Blanca o le prometo que la próxima vez, fingiré estar muda como lo hacía al principio.

—¿Me estás amenazando?

—Fátima: Para nada doctor, es sólo un consejo. Deje de buscar lo que no se le ha perdido, no vaya a ser que encuentre algo que no le guste.

El Rosa Blanca.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora