Capítulo 36.

5 0 0
                                    

A la mañana siguiente...

Narra Mathías

Yo acababa de regresar al apartamento de Estefanía, luego de salir a comprar algo para desayunar...

—Beatríz: ¿Mathías, tú habías salido? Yo te hacía aún dormido... —dijo sorprendida al verme llegar.

—Fui a comprar algo para desayunar. —dije colocando las bolsas sobre la mesa. —y Estefanía, ¿Ella cómo sigue? —Pregunte curioso.

—Beatríz: Esta mejor, de hecho debe estar terminando de arreglarse para salir.

En ello, alguien salio de su habitación...

Estefanía: Buenos días. —dijo acercándose a nosotros.

—Buenos días prima, cuéntame: ¿Ya te sientes mejor?

—Estefanía: Sí, ya estoy mejor. Aunque un poco apenada contigo y con Beatríz, por todo lo que paso ayer... Discúlpenme sí los hice pasar por ese momento tan bochornoso, en especial a ti Mathías, por verme, cómo me viste... (Borracha).—dijo avergonzada bajando la cabeza.

—No tienes que sentir pena conmigo prima, somos amigos o no? Y los amigos están para apoyarse en las buenas y en las malas, y más sí son familia. —le dije sonriendo al tomar su mano.

—Estefanía: Tienes razón, gracias a ambos por estar. —dijo tomando la mano de Beatríz y la mía. —No sé que haría sin ustedes, son los mejores amigos que una chica pueda tener. —dijo sonriendo.

—Beatríz: Lo hago con gusto, eres mi mejor amiga. —dijo abrazándola.

—Estefanía: Y tú la mía. —dijo al corresponder a su abrazo.

—Bien señoritas, es hora de desayunar así que siéntense, miren que les compre unas empanadas muy deliciosas acompañadas de guasacaca y un sabroso jugo de manzana, así que cuidado ambas con no querer comer... —dije serio.

—Estefanía: Sí lo dices por mí, no tienes de que preocuparte, me encantan las empanadas. —dijo sentándose a la mesa.

—Beatríz: En eso estamos de acuerdo, las empanadas son lo mejor. —dijo buscando los vasos para servir el jugo, mientras yo, servía las empanadas.

Por otro lado en casa de Gerónimo...

Narra Juan.

Yo acababa de entrar a la habitación de mi hermano, para pedirle permiso para ir a visitar a Daniela, pero, al entrar en la habitación...

Gerónimo, se encontraba guardando su ropa en una maleta.

Gerónimo, qué es todo esto? ¿Acaso te vas de viaje y yo no sabía nada? —Pregunte confundido.

—Gerónimo: No sólo yo me voy de viaje, tú vienes conmigo. —dijo empacando.

El Rosa Blanca.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora