Capítulo 13 parte 2/3.

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Narra Estefanía.

Yo acaba de llegar al teatro y pude ver de lejos como Daniela, desde el escenario, practicaba sus diálogos...

—Todos tratan de decirme que hacer: Como vestirme, que estudiar, hasta quien debe ser mi novio, pero no entienden que yo sólo quiero soñar, quiero segh lifn —dijo enredándose en su parlamento.

—Juan: ¿Qué paso?

—Daniela (Preocupada) : Es que me confunden un poco los diálogos, no sé sí pueda aprenderme todo esto para esta tarde...

—¡Claro que puedes y yo voy a ayudarte con eso! —dije al acercarme al escenario para subir.

—Daniela (Sorprendida): ¡Estefanía, llegaste! Por poco y pensé que no venías...

—Parece que no me conocieras Daniela, yo siempre cumplo mis promesas y te prometí venir, no es cierto. —dije firme.

—Daniela: Tienes razón lo hiciste. —dijo sonriendo.

—Ahora Juan, ten mi bolso un momento por favor. —dije al dárselo. —Y tú Daniela, permíteme el guión para leer tus diálogos. —dije y ella me lo dio.

—Daniela: Allí están, pero me esta costando mucho aprendérmelos y necesito memorizarlos para esta tarde. —dijo mientras yo los leía.

—Lo primero que tienes que hacer, ¡Es vivir los diálogos! No los digas solo por decirlos, vuélvete uno con el personaje y siente lo que dices, ¡Vívelo!

—Daniela: Creó que entiendo un poco lo que dices, pero aún me confunde.

—Esos son solo los nervios, pero déjame mostrarte. —dije retomando en donde ella se había quedado. —No entienden, que yo solo quiero soñar, ¡Quiero ser libre! —dije como sí lo necesitara. —Solo quiero olvidarme de todo, del miedo, de la rabia y ¡Crecer! —dije  como sí fuera mi realidad. —Hacer hasta lo imposible, por cumplir mi sueño!  Quiero ser bailarina profesional y aunque tenga que enfrentarme al mundo entero para lograrlo, ¡Lo haré! —dije firme y segura de hacerlo.

En ese momento, alguien nos interrumpió y comenzó a aplaudir...

—Bravo, bravo. —dijo al acercarse a nosotros. —¡Me encanto tu actuación! Ya va, —dijo al verme. —Pero sí miren a quien tenemos aquí, sí es Estefanía Montiel. —dijo al acercarse a saludar.

—¡Franco, eres tú! —dije sorprendida al verlo, para después abrazarlo al saludar. —¡Cuanto tiempo sin vernos! Creó que la última vez que nos vimos, yo tenía como unos 17 y tú aún eras el profesor de teatro del colegio.  —dije al recordar.

—Franco: Así es y tú eras mi actriz favorita, la única jovencita que aprendía mis diálogos a la hora y que defendía su papel hasta el final. Es que está mujer aquí donde ustedes la ven, —dijo a Juan y a Daniela. —cuando estaba más pequeña, se montaba en ese escenario y hacía que mis personajes cobrarán vida.

—Por favor, Franco, ¡Estás exagerando! —dije modesta.

—Franco: ¡Para nada! Al subirte en ese escenario: Estefanía dejaba de existir y tú te transformabas en el personaje que interpretabas, pero a mí opinión... Tus actuaciones como villana, ¡Eran las mejores!

—Daniela: ¿En serio era buena? —Pregunto curiosa.

—Franco: ¡Era la mejor! Yo le ofrecí la oportunidad de que trabajara en el teatro conmigo, pero ella se negó... —dijo triste al verme.

El Rosa Blanca.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora