Capítulo 22 parte 3/3.

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Narra Augusto.

Luego de la demanda levantada por Estefanía, en contra de Gabriel y de la unidad, y después de la visita de Javier...

Estuve pensando un poco las cosas y decidí ir a hablar con Gabriel, para comentarle lo que tenía pensado hacer. Así que salí de oficina y fui a buscarlo a su escritorio...

—Gabriel, necesito hablar contigo. —dije serio al verlo.

—Gabriel: Usted dirá jefe, ¡Siéntese! —dijo y así lo hice. —Cuénteme: ¿De qué quiere hablar conmigo? —Pregunto curioso.

—Primero que nada, quiero que sepas que Javier estuvo por aquí está mañana y me comento que Estefanía, estaba muy mal... Al parecer tu visita y el estrés de la oficina, le afectaron mucho, tanto que hasta se desmayo.

—Gabriel (Sorprendido): ¿Eso es en serio? Yo simplemente estaba cumpliendo con mi trabajo de preguntarle, entiendo que tal vez desobedecí su orden jefe y no debí hacerlo. Pero no creó que lo que le dije a Estefanía haya sido para tanto, además usted sabe que la señorita Montiel, es difícil de llevar cuando se reusa a hablar. —dijo firme.

—Yo lo sé Gabriel, pero vas a tener que aprender a llevarla o a dejar que sean Ernesto o Patricia, quienes la interroguen, porque sí vas a volver al caso... No podemos seguir en lo mismo.

—Gabriel (Curioso): ¡Volver al caso! ¿De qué esta hablando jefe?

—Lo que escuchaste, tengo pensado ir mañana a hablar con Estefanía, e intentar convencerla para que retire los cargos en contra tuya, pero todo dependerá de como salga mi reunión con ella. Por ahora, tienes una decisión que tomar, porque sí regresas al caso... Será como fiscal o como detective, pero como ambos no, así que tú escoges. —dije para luego irme.

De regreso a la clínica...

Narra Estefanía.

Gerónimo y yo nos encontrábamos sentados junto al consultorio esperando al doctor.

En ello, la secretaria del psicólogo se nos acerco y nos dijo:

Buenas tardes, usted es la señorita: ¿Victoria Estefanía Castillo?

—Sí soy yo, él doctor ya viene? —Pregunte curiosa.

—Está terminando de hablar con el director de la clínica, pero me pidió que le dijera que por favor lo espere en el consultorio, que en un minuto está aquí. —dijo amable.

—Muchas gracias, eso haré. —dije para voltear a ver a Gerónimo. —Ya tengo que entrar... —dije con una sonrisa nerviosa.

—Gerónimo: Ve tranquila, yo aquí te espero. —dijo sonriendo.

El Rosa Blanca.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora