Capítulo 3.

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Capítulo 3.

Los "¿qué si...?" me están carcomiendo desde dentro hacia fuera de una manera insoportablemente lenta.

¿Qué si estoy embarazada? ¿Qué si es del barman? Recuerdo haber visto el preservativo, ¿pero qué si se rompió? ¿O qué si es de Callum, cómo le explicaré? ¿Qué si cree que es solo una mentira para retenerlo? ¿Qué si el niño nace con alguna enfermedad de transmisión sexual? ¿Qué si no sirvo para decirle que su padre es gay?

No es nada confirmado, sólo son suposiciones basados en el hecho que el calendario que llevo tiene razón: dos semanas de retraso.

—Anne —Adara, que ha estado caminando de un lado a otro, se sienta conmigo—. Por favor, háblame.

Siento mi garganta seca, tengo náuseas y mi cabeza está llena de suposiciones, sin embargo me siento entumecida. Como si no asimilara la mayor de las suposiciones, cuya respuesta espera en el baño. No he emitido ni una sola palabra, de camino a la farmacia y de regreso, solo puedo quedarme sentada en el sofá mirando un punto indefinido.

Recuerdo una vez, cuando apenas cumpliríamos el año, también existió la posibilidad de que estuviese embarazada. Mi período estaba retrasado, lo noté por el calendario igual que Adara. Yo estaba aterrada.

Pero ahí estaba Callum, me abrazó mientras los nervios me estaban carcomiendo, trató de relajarme y me prometió que si la respuesta era positiva, ambos los asumiríamos y crearíamos una grandiosa familia, fue por eso que decidimos vivir juntos.

Fue cuando tenía veinte, ahora tengo veintitrés, pero no tengo a Callum.

Debe ser de él, el barman usó condón y tomé la píldora del día después. Dios mío, Callum, ¿qué dirías si el resultado es positivo?

—Yo no puedo estar embarazada —jadeo, sacudo la cabeza con frenesí cayendo en cuenta—. Yo no puedo estar jodidamente embarazada. Maldición.

Un sollozo se me escapa, veo a Adara borrosa por las lágrimas contenidas. Ella pasa un brazo alrededor de mí.

—Respira, puede ser que no sea así...

—¿Qué si lo es? ¿Qué si la maldita paleta de allá dentro tiene dos jodida rayitas? —Mis ojos pican—. ¿Cómo explicaré que su padre me dejó porque es gay?

Adara jadea y yo siento que caeré en una crisis de histeria. Una risa rota y frágil brota de mí.

—¡Sorpresa, sorpresa! Callum es gay.

Ella avanza para abrazarme, aunque siga siendo más baja que yo apoyo mi cabeza en su pecho. Sorbo mi nariz mientras de una manera poco femenina me la limpio con el dorso de la mano.

—¿Puedes creerlo? Porque yo sinceramente aún no lo proceso.

—Madre mía, Anne...

—Tres años de mentira, y dos siendo una cornuda. Que se vaya a la mierda.

Cierro los ojos con fuerza de manera que las primeras lágrimas caen. Puedo mandarlo a la mierda, maldecirle hasta quedarme sin voz, pero el amor sigue en mi pecho, y es lo que más duele.

—Buscaré los resultados —dice resuelta.

Adara se pone de pie y va al baño. Me arrincono en la esquina del sofá abrazando un cojín. Vuelvo a cerrar los ojos cuando la oígo maldecir y luego sus pasos acercándose.

—Anne...

—No —niego con la cabeza—. No, por favor.

—Negativo.

A Través de un Corazón Roto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora