Capítulo 15.

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Capítulo 15.

Supongo que algunas promesas sencillamente están destinadas a no cumplirse.

Desde que Callum y yo terminamos varias promesas se han ido al caño. Se han roto irrevocablemente. Pero fue indirectamente, dado por hecho al terminar... pero justo ahora yo romperé una siendo muy consciente de ello.

Hay cosas grandes pasándome, como mi ascenso por ejemplo, y algunas sencillas como que mi salud está bien según los últimos exámenes que me hice.

En el transcurso de un corazón roto, o en su reparación, puede pasar muchas cosas maravillosas aunque sea difícil de creer. Sin embargo simplemente no podemos evitar no sentir un gozo en su totalidad porque cuando el corazón está herido parte de nosotros se entumece.

Hablo de que luego de tanto tiempo escribiendo, creando mundos, personajes y dejando algún significativo mensaje a alguien en textos diferentes, finalmente una editorial se contacta conmigo para publicar uno de mis libros. Y yo no sé cómo sentirme.

Le prometí a Callum dedicarle mi primer libro en físico.

Y no lo haré.

Ni siquiera sé cómo explicarme bien, ni siquiera sé muy bien cómo se describe este sentimiento. Se siente raro decidir romper una promesa que yo hice directamente. Sin embargo, ¿qué es otra promesa más?

Las promesas se rompen cuando una relación termina. A este punto, la mitad de las que dijimos ya no están.

Echo mi cabeza hacia atrás, miro el techo siento mi nariz picar; sucede cuando tengo ganas de llorar. ¿Por qué simplemente no puedo emocionarme por esto? Me lo merezco. Yo lo merezco.

Llevada por mis emociones, minimizo el gmail y abro un nuevo documento word.


Nostalgia es lo que siento,

Al pensar en lo que una vez fuimos,

Las promesas que alguna vez hicimos,

Los mejores amigos que hubiesen existidos,

La mejor relación que hubiésemos tenido,

Todo lo que una vez soñé,

Todo lo que siempre quisimos:

ama y ser amado,

Pero, cariño, el cuento de hada se ha acabado.

Quiera o no, nuestro fin ha llegado.


Sorbo mi nariz, limpio las lágrimas que se me han escapado e inhalo y exhalo. Me han dado en el punto débil, y aún me recupero de ello. Dejo la laptop a un lado de la cama, me acuesto y subo las rodillas casi a la altura de mi pecho.

Me han ascendido, quieren publicar mi libro Mi historia, mi musa... Y todo parece muy increíble para ser real.

Creo que ahora me sentaré a esperar la siguiente cosa maravillosa que el destino tenga para mi vida y luego esperar el duro golpe que deba venir. Siempre dicen que la tercera es la vencida, ¿no?

Busco mi celular y llamo a mi hermano, él no tarda en contestar.

—Hola, Anne.

—Sabs —digo intentando esbozar una sonrisa aunque no me vea—. ¿Qué haces?

—Termino algo del trabajo, ¿qué haces tú?

—Revisaba mi gmail —contesto, limpio mis mejillas aunque lágrimas sigan cayendo—. Y, sabes, me han enviado un correo algo... curioso.

A Través de un Corazón Roto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora