Capítulo 8.

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Capítulo 8.

Venir aquí fue la peor idea que he tenido.

Trago grueso mientras parpadeo repetidas veces para que las lágrimas no salgan. Maldita sea el momento en que decidí venir a este pub y dejar la privacidad de mi departamento.

Debo ser más razonable y hacerle frente a mis emociones, pero en vez de ello apenas sentí mis ojos arder vine corriendo hasta aquí para distraerme. No puedo escapar de mis emociones, menos cuando son desbordantes. Estas siempre terminan alcanzándome, la realidad siempre lo hace.

No se trata de que quiera embriagarme, se trata de las incontrolables ganas de llorar y el incesante creciente nudo en mi garganta.

Honestamente me siento cansada de tener esta nube negra encima de mí, si otra fuera la razón, entonces hubiese hecho lo posible por retomar mi relación; pero esa posibilidad no existe y es lo que más me deprime.

Me siento mal por los planes que construí, por las promesas que hice, por lo que una vez fuimos, esa conexión de mejores amigos, en donde él era un gran apoyo y uno de los rayos del sol entre las nubes. Deseo llorar por lo que perdí, por mi yo crédula y ciega que creía que todas esas cosas pasarían.

En el libro de superación, ese de autoayuda que empecé a escribir, inicié diciendo que debería expresarme, sea cual sea la manera, y aquí estoy ahogándome por esos sentimientos atorados.

Ni siquiera he sabido de él desde aquella noche que me embriagué y le marqué en el pub de Declan, simplemente mis pensamientos decidieron eclipsarse en él justamente ahora.

Tomo mis cosas y salgo del establecimiento, en tiempo récord llego a mi departamento, entro y voy directo al mueble, me dejo caer en él sintiendo que las lágrimas me abandonan. Abrazo un cojín y escondo mi rostro dejando que las lágrimas se deslicen por mis mejillas de manera descontrolada mientras emito sollozos.

Necesito liberar toda mi mierda.

Y por supuesto que quiero hacer esto bien, saco mi celular, los auriculares y me ahogo en los recuerdos capturados en fotografías, vídeos, y las canciones que una vez cantamos juntos a todo pulmón.

En resumen, jodidamente lloro a gusto por mis sueños y el nosotros destruidos.

Tuve dos relaciones efímeras antes de él, una a los quince y la otra a los diecisiete, ninguna duró el año completo. Sí, me hice ilusiones; sí, juraba que era amor verdadero; sí, dije que éramos el amor de nuestra vida, pero sólo con Callum vi esas ilusiones a largo plazo, no eran pasajeras, visualizaba el futuro; sólo con él pude sentir que sí se trataba de un amor verdadero; yo sí creí que éramos el amor de nuestra vida.

Callum. Callum. Callum.

Puto infiel, bastardo mentiroso, que a pesar de todo le echo de menos. Joder.

Sí, me hago mierda en el mueble de mi sala pero es jodidamente necesario para deshacerme de mi nube negra.

-

No hago ademán de disminuir mis carcajadas, mis amigos tampoco. Todos carcajeamos al ver cómo Caden remedia a Cooper, nuestro insoportable jefe de piso. Quisquilloso, le gusta humillar, miradas obscenas, mezquindad; esas son las características más destacables de ese cretino.

Cada uno de nosotros que está en la sala de descanso del edificio, somos muy distintos, física y personalmente, pero todos concordamos en el disgusto hacia nuestro jefe. Caden camina como un pavo real, estira su cuello y saca pecho, justo como lo hace Sukinsyn, apodo otorgado a Cooper por nuestra amiga Polaca, Celia. Cubro mi boca cuando río.

A Través de un Corazón Roto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora