Capítulo 5.

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Capítulo 5.

Estoy derramando gruesas lágrimas por mis mejillas igual que Adara. Abro la puerta de golpe y entro desesperada, mi hermana me sigue igual.

—¡Mamá! —chillo con voz entrecortada.

—Carajo —Papá se incorpora sobresaltado del sofá.

—¡Papi! —chilla Adara corriendo hasta él, lo envuelve en un abrazo.

Mamá baja corriendo las escaleras, sus nervios son muy palpables.

—Niñas, ¿qué ocurre?

—Oh, mami —Adara cubre su boca, gruesas lágrimas bajando por sus mejillas—. Mami, mami...

—Niñas, están asustándonos —manifiesta papá levantándose sin apartar a mi hermana—. Alannah, dime qué está pasando ahora mismo.

Sorbo mi nariz de manera grotesca como cuando era niña, mamá se apresura para llegar a mí y abrazarme.

—Oh, cariño, ¿se trata de Callum?

Eso hace que las próximas lágrimas no sean fingidas. Mierda, tocó una vena sensibilísima. Sacudo la cabeza.

—Díselo, Anne —dice Adara—. Debes decírselo.

—¿Decirnos qué? —preguntan ambos al unísono.

—Se trata de Sabs —murmuro, tomó las manos de mi madre que comienza a temblar. Nos iremos al infierno por esto—. Papá, mamá...

—¡Habla de una buena vez, Alannah!

—¿Qué le ocurrió a mi pequeño? —pregunta mamá, sus ojos cristalizados.

—Él... él y Nora tuvieron un accidente.

Ambos dejan salir un jadeo, mi madre empieza a negar con la cabeza mientras papá respira fuertemente.

—¿Qué...?

—Sí, tuvieron un accidente...

La puerta se abre y la voz de mi hermano resuena en toda la casa.

—¡Se rompió el condón y un bebé llegó!

Sabastián y Nora hacen su entrada triunfal, su vientre está descubierto así que con solo una mirada se nota que está en cinta.

—Y un anillo en mi dedo cayó —Ella alza su mano, el anillo brilla.

Silencio sepulcral en casa de los Fitzgerald.

Papá es el primero en reaccionar, suelta el aire y nos observa fijamente a todos señalándonos con su dedo índice.

—Están castigados, los cuatro.

—Te convierto en abuelo y me pagas de esa manera —reprocha Sabastián.

Mamá se acerca a él, lo golpea, luego a mí y de último a Adara, aunque tratara de esconderse tras papá.

—Te salvas, Nora, por estar embarazada. Pero ¿qué rayos les ocurre a ustedes cuatros? ¡Casi me matan!

Me río limpiándome las mejillas. —Queríamos hacer el anuncio algo épico para recordar.

—Había mejores maneras de hacerla.

—Pero, papá, ¡esta fue perfecta! —dice Adara—. La peor noticia pero en verdad es de las mejores, ¡boom!

—Mis hijos están locos —Mamá niega, luego se toma la frente dando más atención—. Oh Dios, Nora, ¡estás embarazada!

A Través de un Corazón Roto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora