A Través de un Corazón Roto.

Capítulo 32.

Capítulo 32.

Declan.

Mi vista va directo a Darik al entrar, en cualquier otro caso estaría aliviado de verlo tras unas horas y así saber que está bien bajo mi cuidado, por ello lo esperaba despierto. Pero ahora lo veo y siento que pierdo el equilibrio.

Su piel está pálida, las áreas que tomaron puntos se ven rojizas, hay varios moretones en su rostro, clavícula y brazos, noto que sus nudillos están rojos. Se ve indefenso, cuan herido está. Todo mi cuerpo se estremece, mi estómago da un vuelco.

No lo cuidé.

No lo hice bien.

Es mi culpa.

Me siento abrumado, con nauseas, y como si me hubiesen golpeado a mí tan brutalmente que me deja sin aire.

—Rik, mi pequeño —susurro, tomo su mano y masajeo cada nudillo—. Perdóname por no estar ahí, lo siento, es mi culpa.

Él no abre los ojos, él no me habla, sé que duerme por el sedante, pero mi mente tarda en procesarlo, no lo asimila, su aspecto pacífico y herido me hace pensar lo peor. Tiemblo.

Tengo miedo.

¿Fallé? Esos golpes lo demuestran.

Fallé, mamá.

Oh, Jesús, mi hermanito...

¿Qué hago? ¿Qué hago?

Retiro el cabello de su frente, mi mano tiembla. Yo tiemblo. Empiezo a llorar.

Mi pecho duele, siento que me ahogo, es una mezcla de jadeos y lágrimas. Presiono las palmas en mis ojos, con fuerza, sin embargo en segundos están empapadas y termino con las muñecas mojadas también.

Si no lo hubiera dejado ir, si tan solo le hubiese dicho que no...

¿En que fallé? ¿Cuál fue mi error? Esto no había sucedido antes, entonces qué es lo diferente, necesito saberlo.

¿Qué debo hacer? ¿Qué es lo correcto?

Me levanto y camino de un lado a otro mientras respiro hondo y froto mis manos. Me obligo a recordar lo que Alannah dijo, debo analizar todo.

1. Adara y Darik estaban en la fiesta.

2. Dos chicos trataron de propasarse con Adara.

3. Darik intervino para defenderla.

4. Los dos chicos lo golpearon.

5. Nadie hizo nada hasta que David llegó a ayudarle.

6. Salieron de la fiesta y esperaron a Alannah.

7. Alannah llegó, insultó y golpeó a los chicos.

8. Estamos aquí.

Respiro hondo, deteniéndome, y observo a Darik, específicamente a sus nudillos.

Mi hermano defendió a su amiga de chicos que pudieron perjudicarla terriblemente. No me gusta la violencia, pero sé que yo haría lo mismo si se tratara de Alannah y hasta lo mismo que hizo ella hoy.

Paso mis manos por el rostro para retirar las lágrimas, mi pecho se desinfla al entender mejor la razón de hallarnos aquí y con él así. Mi hermano trató de hacer lo mejor, lo hizo.

Respiro hondo de nuevo.

Me acerco a su lado, le peino el cabello y lo arropo mejor, acomodo las sábanas para que esté bien abrigado.