Capítulo 30.

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Capítulo 30.

Yo soy jodidamente preciosa.

Lo reconfirmo al verme al espejo, hoy es el día que acompañaré a Declan al lanzamiento de una línea de ropa, y el corto vestido que elegí me queda endemoniadamente bien. Es azul oscuro pero brillante, los hombros caídos y hay un pequeño corte en v en el pecho, la prenda es tan ajustada que la siento como una segunda piel que llega solamente hasta las rodillas, lo cual es una ventaja ya que pronuncia mis curvas. Las zapatillas de tacón fino son negras, con un detalle plateado en la correa, mis piernas se ven largas y hermosas; mi maquillaje es sencillo, lo más destacado es el delineado negro en mis párpados y mis labios de rojo intenso.

Muy preciosa, confiada y sexy. Incluso eché mi cabello hacia atrás por el modelo de los hombros, mis pendientes plateados destellan.

Capturo varias fotos frente al espejo, subo una foto a instagram y a insta stories un vídeo corto mostrándome de pies a cabeza aun frente al espejo. Luego reviso el chat con Emilia.


Emi: Estás divina.

Eres una diva.

Alannah: Merezco un lugar el Miss Universo, ¿cierto? Yo jodidamente les ganaría a todas.

Emi: Eso es, vanaglóriate de vez en cuando. Reconoces que eres una belleza y presúmelo.

¿A dónde vas, por cierto?

Alannah: Seré acompañante de un amigo en un evento.

Es fotógrafo, lo contrataron para el desfile de Venegas.

Emi: Mierda, ¿irás a un desfile de Venegas? Está tres puesto debajo de Size Blue-Green. Eso es grande, mujer.

Alannah: Lo sé, estoy malditamente emocionada.

Emi: Me emocionaste a mí. Grábalo, toma fotos, y me las envías.

Deslumbra y haz que se cuestionen porqué no estás en la pasarela.

Alannah: Me pedirán que modele apenas me vean, te lo aseguro.


—¡Voy! —informo cuando tocan por segunda vez el timbre. Tomo mi pequeño bolso plateado y guardo lo necesario antes de ir a abrir la puerta. El flash impacta en mi rostro.

Declan sonríe, baja la cámara y luego su mirada está recorriendo todo mi cuerpo mientras muerde su labio inferior. ¿Calor? Un jodido incendio en el que estamos en medio.

Gentilmente, porque soy buena, giro para darle una mejor vista.

—Eres preciosa —dice luego de observarme por tercera vez.

—Gracias —contesto saliendo del apartamento, le beso la mejilla pero no me alejo—. Puedes capturar cuantas fotos quieras, las necesitarás cuando te diga vampiro cero.

Al alejarme veo su sonrisa torcida, ladeo la cabeza y también lo observo de pies a cabeza y ¡madre mía! Éste hombre puede enloquecer las hormonas de cualquiera. Usa un clásico traje negro de camiseta blanca y corbata negra, su cabello azabache está peinado hacia atrás; la barba está recortada y cuidada, dándole ese aire más adulto cuando no se afeita. Con el color negro, sus ojos resaltan más.

—Y yo como que también necesitaré unas tuyas —comento apoyando la barbilla en mi puño—, ya sabes, cuando tú digas vampiro cero.

Él sonríe. —No te muevas —pide, alza su cámara y el flash destella—. Ahora colócate un poco perfil, por favor. Quiero mis fotos.

A Través de un Corazón Roto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora