Capítulo 6.

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Capítulo 6.

—Buenos días, doctor —saludo al médico que siempre atiende a mi abuelo.

Al menos tres veces por semana mi abuelo recibe transfusiones de sangre como tratamiento por la talasemia; como es mi día libre me ofrecí a traerlos y acompañarlos. Aprieto la mano del doctor y luego acompaño a mis abuelos al cuarto donde hay una fila de sillas ocupadas de pacientes que reciben transfusión.

—Estaré allí sentada —informo, peino su cabello naranja que todos heredamos, ya con canas el de él—. ¿Necesitas algo?

Hace un gesto para que me acerque, susurra: —Tráeme una gelatina de la cafetería. Que no sea de fresa, esa sabe a jarabe.

—Dame un momento.

Me alejo y paso por mi abuela, ella me detiene dándome una mirada de ojos entrecerrados.

—¿Te convenció de ir por gelatina?

—¡Ella se ofreció! —dice abuelo haciéndome reír—. Ve, consiénteme, mi Anne.

Le regalo una sonrisa a ambos antes de salir de la sala, el camino a la cafetería es un poco largo pero todo por él. Vuelvo rápido al piso correspondiente, al verme sonríe.

—Aquí tiene, señor.

—Gracias, dulzura.

Abuela niega con la cabeza pero toma el envase y ella misma decide dárselo; sí, mi abuelo es un viejo consentido aun cuando suele ser gruñón, pero es síntoma de su enfermedad así que lo sobrellevamos. Yo me llevo de maravilla con él.

Camino hasta la silla frente a ambos, no puedo evitar observarlo porque me parecen una tierna pareja de ancianos. El abuelo Chris no tiene el mejor aspecto, su piel es amarillenta, su estómago está dilatado, su nariz se encoge provocando que su labio superior se alce debido a la deformidad que le provoca la enfermedad en sus huesos faciales y no ayuda mucho la intravenosa que tiene en el torso. Sin embargo sonríe mientras habla con la abuela Louisa.

Por supuesto que ella estaría aquí, como siempre dice, no se apartará de su lado. Incluso cuando es irritante –otro síntoma-, ella está ahí.

Mis abuelos y mis padres me han dado un buen ejemplo del matrimonio, sé que tienen sus baches por lo que soy más consciente sobre cómo quiero que sea el mío y qué hacer o no hacer. Y me lo imaginaba con Callum.

Suspiro. Ha pasado mes desde nuestra ruptura, no sé hasta cuándo dejaré de asociarlo con todos mis pensamientos.

Saco mi celular porque éste vibra por los mensajes de whatsApp, abro el chat donde mis amigas del trabajo no dejan de hablar.


Daria: ¿Qué tienen planeado esta noche?

Adria: Esperaba el mensaje tuyo antes de hacer planes.

Daria: Una decisión muy sabia.

Atenea: ¿Qué tienes planeado tú para nosotras? Por favor, que involucre que use algo que me haga ver como si hiciera honor a mi nombre.

Shea: ¿Cómo qué, seria eso?

Alannah: Como si no la conocieran, joder. Es una clara indirecta de querer ir a la disco.

Celia: ¡Ufs, menos mal que no hice planes! Tuvimos una conexión, Adria.

Adria: Siempre, cariño, siempre.

A Través de un Corazón Roto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora