A Través de un Corazón Roto.

Capítulo 4.

Capítulo 4.

Adara va adelante charlando con Darik, les sigue la chica que vi primero, quien toma la mano del menor de los hermanos, detrás están las gemelas con sus brazos entrelazados. Y al final, nos hallamos Míster Barman y yo. No dudo del mote que recién le otorgo, mirarlo es suficiente para saber que le es perfecto.

Lleva vaqueros negros y una franela verde, es alto, sí, le llego a la altura de los ojos como lo recordaba. Su barba es de pocos días, tal como aquella noche, y sus ojos son lindos, no azules ni verdes o grises, sino del color de la miel. Una penetrante mirada miel.

Mentalmente estoy palmeándome la espalda como madre orgullosa. Es una sorpresa que termine siendo el hermano mayor del mejor amigo de mi hermana menor. No hicimos comentario alguno sobre si nos conocemos desde antes, simplemente dije mi nombre y él el suyo, presentándonos formalmente.

Estaba sorprendida de verlo, por un momento pensé que cuando lo conocí él ya sabía quién era, pero su rostro también mostró sorpresa e incredulidad al verme.

Así que el Míster Barman se llama Declan, Declan McGowan. Sus hermanos lo llaman Dex.

—Cuando has criado a cinco niños recibes dones —Me sorprendo al oírle hablar—, como, por ejemplo, no decir palabrotas.

Lo observo sabiendo de qué viene eso. Es la respuesta a mi comentario sobre él no diciendo palabrotas; lo dije cuando nos conocimos, después del sexo.

Que hable me toma por sorpresa, pero más aún me sorprende lo que dice. Me impacta.

—¿Haz criado a tus hermanos? ¿Tú solo?

—Cuando toca, toca —se encoge de hombros.

Estoy curiosa, pero lo dijo como un comentario simple del que no espera obtener preguntas, aunque quisiera preguntarle cómo carajos lo hizo me contengo, a mí nunca me ha gustado que me presionen y no haré lo mismo.

—Se parecen —comento—. Incluso las gemelas.

—El cabello de Lil y Brid es por nuestra madre, lo heredaron de ella —contesta, ellas voltean y le sonríen a antes de seguir con lo suyo—. Tú y tu hermana también se parecen bastante.

—Sabastián también, nuestro hermano mayor. Heredamos el cabello y los ojos de mamá, papá parece el adoptado de la familia.

Declan ríe, yo también lo hago.

—¿Eres fotógrafo? —inquiero señalando la cámara que cuelga de su cuello.

—Fotógrafo freelance, el pub es algo adicional que hago pocas veces a la semana.

—Ah, comprendo.

Veo a Declan alzar la cámara, quita el protector del lente y apunta hacia sus hermanos y la mía. Toma varias fotografías mientras se inclina para obtener de diferentes ángulos. Luego me las enseña; ellos seis se mantienen juntos, sumergidos en lo suyo, por lo que las personas se alejan para cederle el paso de modo que son el centro de la fotografía a pesar de haber mucha gente.

—Me gusta —admito—. ¿Siempre te ha gustado la fotografía?

—Desde los quince o algo así —contesta—. ¿Cuál es tu profesión?

—Marketing y publicidad. Formo parte del equipo de marketing de la línea hotelera Smithfield.

—Es una de las mejores de Dublín.

—Lo es.

Mi hermana y sus hermanos se detienen para observar el espectáculo de un hombre haciendo malabares con pelotas en llamas. Declan alza su cámara y empieza a tomar fotos, yo, a cambio, saco mi celular para grabarlo y subirlo a insta stories.