Capítulo 49.

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Capítulo 49.

El perdón es la penúltima etapa por pasar en un corazón roto.

Perdonar es soltar las reclamaciones, los reproches, algún tipo de venganza... Perdonar es dejar de aferrarte a la herida.

Perdonar es bueno para quien lo realiza tanto como para quien lo recibe. Renuncien a cualquier sentimiento negativo que los haga actuar errante, es aquí donde ejercemos el amor que tenemos por nosotros mismos y dejamos ir todo aquello que nos hace daño tal como el rencor.

No todo es maldad, no todo es bondad. Las personas son como el yin y yang; sentimientos blancos y negros, acciones blancas y negras; a veces algo de blanco en el negro y otras veces algo de negro en el blanco.

Seria nuestro deber elegir cuál enfatizar en nuestras vidas, creo que podemos ayudarles a los demás a hacerlo también. No ignorar lo malo, al contrario, enfocarnos en él para saber cómo cambiarlo y a medida recordar lo bueno como un impulso para ello.

No es fácil, cuesta un montón, metes la pata varias veces antes de llegar a conseguirlo o tan siquiera considerarlo, pero vale la pena.

Es mejor quedarse con el amor que aun tienen a perderlo todo y odiarlo.


Respiro hondo al terminar de escribir. No he finalizado del todo éste capítulo, me falta ponerlo en práctica con Callum.

Debo admitir que me aterra un poco, me fue difícil llegar a tener una conversación con Maurizio y perdonarnos a ambos, fue difícil soltar todo cuando creí que ya lo había hecho... Pero también me hizo sentir mejor.

¡Demonios! Veo la diferencia en el antes y después de nuestra conversación, definitivamente me encanta el después que obtuvimos. Se siente tan bien ya no sentirme pesada y sofocada, fue un momento intenso que después de años logré superar y el resultado me hace sentir más allá de lo descriptible. Estoy bien, estamos bien.

Pero me costó, fue complicado todo el camino para llegar a tal punto. Lo que sentí por Maurizio no es lo mismo que sentí y siento por Callum, éste llega a ser más fuerte. Como dijo Declan, los sentimientos evolucionan y maduran con nosotros.

Papá me dijo que como tuve la experiencia con Maurizio debía poner la lección en práctica, sin embargo no es fácil. Quizá solo deba tener algo más motivante que me ayude a dar el empujón que necesito.

Observo a Luleb cuando graznea porque el timbre suena, él corretea hasta mí para avisarme. Me levanto tomándolo entre mis manos para ir abrir la puerta, Sabastián sonríe cuando ve a Luleb y yo cuando veo a mi sobrino.

—Aun me parece raro que lo compraras—comenta adentrándose.

—Aun me parece raro que seas padre —replico—. ¿Intercambiamos un momento?

—Claro, pero lávate las manos primero.

—Vale, pero para que sepas él está limpio.

—Déjame dudarlo basándome en su dueña.

Bajo a Luleb y le saco el dedo medio a Sabastián. Lavo mis manos en la cocina y luego sostengo a mi Alan mientras mi hermano a Luleb.

—¿Escribías? —inquiere señalando la laptop.

—Algo sobre el trabajo —contesto, aun mantengo ese libro personal—. ¿Pronto tendrás tu despedida de soltero, no?

—La misma noche que la de Nora —asiente, sonríe—. ¿Qué harán?

A Través de un Corazón Roto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora