17. Los ojos son la puerta del alma

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Tomé su manga y lo guie fuera de donde estaban mis amigas y Charlie, que discutían algunas cosas sobre el guion

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Tomé su manga y lo guie fuera de donde estaban mis amigas y Charlie, que discutían algunas cosas sobre el guion.

Sabía que él sabía de lo que estaba hablando, lo noté el reconocimiento en sus ojos y después el temor, tal vez algo culpa. De alguna manera, sentí algunos cosquilleos en la punta de mis dedos al notar que comprendía lo que él pensaba con tan solo mirar sus ojos, ¿eso significaba que lo conocía mucho?

Según lo que me decían —y que veía en algunas publicaciones en redes sociales—, saber lo que piensa una persona viendo sus ojos, quería decir que tú y esa persona tenían una conexión especial. La verdad no me sorprendía, nos conocíamos desde hacía más de diez años y a veces podía leer sus expresiones, pero nunca me había dado cuenta (o no me quería dar cuenta) de que lo hacía con tanta facilidad, esa vez lo supe porque vi algo en sus ojos que no quería ver: arrepentimiento.

¿Se arrepentía de haber bailado esas canciones conmigo? Yo genuinamente había pasado un buen rato, incluso al final cuando mi corazón latía tan rápido que pensaba que se iba a salir, cuando sus labios se acercaban a los míos. Por supuesto no sabía quién era, por eso no me preocupó mucho. Si, era Lucas, pero eso no significaba que todo lo que había sentido hubiese estado equivocado.

Realmente sentí algo.

Y realmente me aterraba.

—¿En qué estabas pensando?—espeté cuando me aseguré que nadie nos prestaba atención. Podía sonar enojada, pero no lo estaba con él, estaba enojada conmigo. Grrr.

—Solo fui al baile como cualquier otro adolescente—dijo con simpleza y se alzó de hombros.

La manera en la que lo dijo, como si no le hubiese importado... ¿saben? a mi tampoco debería haberme importado y no sabía por qué lo hacía.

O estaba segurísima de por qué. El chico misterioso enmascarado me había hecho sentir algo que ni Scott había podido hacer: que yo no era un personaje secundario, yo era la protagonista.

Quizás lo estaba llevando a un extremo, pero con el chico misterioso no había sentido que era la pequeña del grupo, la inocente y a la que siempre subestiman. De hecho, no había pensado mucho, solo me había lanzado.

—¿Por qué yo?—traté de que no se filtrara en mi tono la decepción.

—Eres mi vecina, ¿por qué no?

Puse mis labios en una fina línea. Okay, si para él no había significado mucho, entonces demostraría que tampoco me había importado.

Comencé a asentir.

—Tienes razón. No tiene mucha importancia —Me crucé de brazos. No pude ver su expresión porque se dio vuelta, pero antes de que se volviera a alejar, yo hablé—. Necesito que me ayudes con algo.

Él volvió a mirarme y alzó una ceja.

—¿En qué?

—Quiero pedirle una cita a Scott—dije más bruscamente de lo que planeaba.

CLEAVED | TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora