CLEAVED | Terminada

15. El lado positivo

—Hagan una pose de «uy, te robé el vestido sin querer queriendo»—les dije a mis amigas.

Habían llegado unos minutos después de que hablara por última vez con mi vecino, Molly nos había entregado los vestidos, eran de un bonito color cielo despejado en medio de verano. Val nos había entregado nuestro pase especial, así que en vez de que nos dieran una pulserita verde, tendríamos una morada.

June ya nos había avisado que David iba a estar allá y yo ya no podía contener mi emoción, por fin conoceríamos al famoso novio de nuestra amiga. De algún modo me sentía un poco mal, Molly tendría una cita (Mike, el capitán de fútbol), June estaría con su novio, Oliver tendría también una cita, Charlie tenía que ocuparse de algunas cosas y Val estaría por todas partes menos a mi lado. Al ser una de las organizadoras, junto con Natalia, tenía que preocuparse de toda la organización y que todo saliera bien.

Así que prácticamente estaría sola en mi puesto de comida. Papá había conseguido un humilde trato con algún socio y ellos me proporcionarían la comida, entonces esa parte estaba cubierta, solo esperaba que la gente me comprara. Val me había enseñado unos tips para ser vencedora: Sonríe y trata con amabilidad al resto, impone tus ideas, pero no de una manera agresiva, haz como si el otro tuviera razón cuando no es así.

Me sentía preparada. Casi.

Cuando ya estuvimos todas listas, con nuestras sesiones de fotos ya completas, Molly nos guió a su auto descapotable rojo. De algún modo, su auto me recordaba a la película 16 deseos de Disney, ya sabes en la que Debby Ryan tenía una lista de deseos.

—Jesse está por aquí cerca—nos informó la peliteñida.

—¿Quién es Jesse?—June la miraba como si se hubiera vuelto loca.

—Mi auto—respondió la aludida.

—¿Le pusiste nombre a tu auto?—pregunté sorprendida.

—Tú tienes una tortuga que se llama Donnatello. —disparó Val.

—No te metas con mi tortuga—advertí apuntándole acusatoriamente con el dedo índice.

En fin, que entramos a Jesse (eso suena extrañamente perturbador) y Molly nos condujo al instituto. Desde afuera ya podías notar que algo estaba pasando. Había gente recibiendo pulseras en la entrada, todos con vestidos formales y con sonrisas en sus rostros. La música se escuchaba hasta ahí afuera.

Recibimos nuestras tiritas moradas y entramos. Natalia nos recibió con las manos en la cintura y con el ceño completamente fruncido, tenía un bonito vestido color vino y su maquillaje resaltaba sus delicadas facciones.

—Llegas tarde—le dijo a Val.

—No, nosotras...—trató de responder mi amiga.

—¿Y tu máscara?—preguntó Natalia de nuevo.

—¿Cuál máscara?—ladeé la cabeza con confusión.

Natalia apuntó al cartel gigante en la entrada del auditorio que rezaba:

«Fall in love in fall: el primer baile con máscaras en años»

—Oh...—musitó la rubia.

Molly se volteó hacia ella como en una teleserie dramática, tenía los labios fruncidos en una línea recta. Algo que no les había comentado de Molly, es que odia que cambien sus planes, ya me imaginaba que en su mente estaba maquinando todas las opciones de diseño, de colores y de tipo de máscaras que combinarían con aquellos vestidos, la comprendía, en el fondo porque yo y la moda no nos llevábamos muy bien (digo, casi salía de mi casa en pijama), había trabajado por semanas en los vestidos y que de la nada vengan con una falta de información... no debería haber sido tan agradable.