—Es mucho más pequeña de lo que creía —le comenté a June.
Ambas estábamos en la entrada de nuestra habitación en la residencia universitaria. Teníamos cajas en nuestras manos y yo ya sentía que se me iba a dislocar el hombro. Nuestros padres venían un poco más atrás con el resto de las cosas.
—Tienes razón. En la foto se veían mucho más... amplias.
—Nos estafaron.
—Creo que sí.
—Creo que me encanta —le confesé, mirándola de reojo con una sonrisa.
—¡A mí también!
Nos pusimos a reír y comenzamos a inspeccionar cada uno de los rincones de lo que sería nuestro hogar por el año universitario.
—¡Yo pido el lado de la ventana!
—Va por apellido, Grace. Así que... ¡Yo tengo la ventana!
Refunfuñe con falsa molestia. En realidad no me importaba mucho de qué lado estaba, creo que la emoción por estar ahí era tanta que superaba cualquier capricho que tuviera.
June se tiró en su cama, examinando la comodidad. Yo hice lo mismo con la mía y sentí algunos resortes con los cuales estaba segura de que me quedaría más adelante.
—Oh, es más pequeña de lo que creía —murmuró mi madre en la entrada.
June y yo nos pusimos a reír.
—Mira, Molly nos envió una foto —June se acercó a mi lado de la habitación y me puso su teléfono casi pegado a mi cara.
En la pantalla estaba una Molly con la Torre Eiffel de fondo y un texto que rezaba: oui, oui, Paris, baguette, croissant (léanlo con un acento francés).
Molly había quedado en una de las escuelas más prestigiosas del mundo en moda y gracias a que el francés para ella no era un problema, la decisión no fue muy difícil.
Seguido de eso, apareció una foto de Val en el grupo. Ella había quedado en derecho en su universidad soñada: Harvard.
Tratando de absorber todos los conocimientos de esta gente como una esponja, decía la foto de Val. En ella, mi amiga estaba en medio del patio de su universidad, con muchos alumnos caminando de un lado para otro, seguramente, muchos también se estaban mudando.
Nosotras enviamos una foto poniendo caras graciosas y June escribió: decorando nuestra mansión #millonarias.
Seguimos hablando unos minutos más con nuestras amigas, todavía me costaba creer que nunca más estaríamos en la misma clase, ni tampoco nos podríamos ver todos los días, pero suponía que eso era parte de crecer y había que ver el lado bueno de todo esto: todas estábamos cumpliendo nuestros sueños, a nuestra manera.
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CLEAVED | Terminada
Teen FictionGrace detesta a su vecino. Lo malo es que sus padres y los de él se llevan fenomenal, por lo que tienen que pasar prácticamente casi todos los días juntos. Ahora, ¿qué pasará cuando el destino los junte aún más? Ella tendrá que aprender a convivir...