No sabía que el amor no correspondido se veía tan doloroso hasta que lo vi en la mirada de Val.
Rebobinemos un poco en el día:
Había aprobado el examen.
¡Había aprobado el maldito examen!
...Perdón, padres.
Pero, ¡HABÍA APROBADO LA MALDITA PRUEBA!
Por lo menos todo el sacrificio que Lucas había hecho por mí, había valido la pena. La noche anterior nos habíamos quedado muy tarde estudiando, o bueno, yo estudiando. Cuando el guardia del instituto nos dijo que ya iban a cerrar, nos tuvimos que ir, y terminamos mi estudio en el salón de mi casa. Mis papás no paraban de pasar por donde estábamos y me lanzaban miraditas que no podía entender. Seguramente, diciéndome «te lo dije» con respecto a que Lucas sería una gran ayuda.
Me sentía mal por haberlo hecho sentir con la obligación de estar conmigo, a la mañana siguiente, sus ojos cafés estaban decorados con unas ojeras. Y había sido mi culpa. Me disculpé repetidas veces, pero él no dejaba de decir que no importaba y que se alegraba de que era un gran maestro.
Tuve que ignorar las ganas de lanzarme en sus brazos y abrazarlo con fuerza, quizás así entendería cuán agradecida estaba. Por supuesto, no lo hice. Prefería ahorrarme la incomodidad que vendría después de eso.
Luego de que terminaran las clases, Molly nos invitó a su casa con la excusa que necesitaban celebrar mi buena nota. Ah, no les había contado que había necesitado una pequeña ayudita. Pronto se los diría.
En fin, que cuando entramos al cuarto de Molly y nos acomodamos en los lugares donde nos podíamos sentar, llegó Oliver.
Se veía extraño, incómodo. Con una sonrisa claramente forzada. Tenía la sensación de que no nos quería ahí, la cosa es que no sabía por qué no nos quería ahí. De todas maneras, entró y se nos acercó con su felicidad fingida.
—Qué sorpresa —rio, incómodo—, pensé que ibas a ir al centro comercial.
—Estamos celebrando —justificó Molly con seguridad, aunque todo su semblante duro fue sustituido por uno de consternación— ¿Por qué, encontraste algo de... de mère?
Le costó decir la última parte de su frase, no sabía a qué venía el tema de su mère, ni quién era mère, pero parecía afectarle bastante.
—je n'ai rien trouvé —le respondió Oliver en francés, supuse que era un tema que no era necesario que nos enteráramos.
Molly nunca había sido de guardar secretos. Era de ese tipo de personas que no se guardan las cosas, que las dicen cuando llegan a su mente. Vamos, que era sin filtro. Ella nos decía que detestaba guardar cosas, porque terminaba explotando, y detestaba explotar. Por lo tanto, el hecho de que no nos había contado nada sobre este asunto de la tal mère, quería decir que era muy serio.
Luego de unos segundos llenos de tensión, mi amiga cambió de humor olímpicamente rápido y miró a su mellizo con una sonrisa socarrona.
—¿Por qué estás tan nervioso? —lo codeó— ¿Vas a ver a tu cita?
Aquí es donde volvemos al inicio del capítulo.
Ollie se ruborizó casi imperceptiblemente y apartó la mirada, seguido de asentir. Por el rabillo del ojo, noté que Val se encogió en su asiento. Pobrecilla. El amor no correspondido era uno de los peores sentimientos. Tú entregando tu corazón a alguien y la otra persona rechazándolo.
Nunca lo había sentido, lo más cercano había sido mi primer beso. Para el cumpleaños número dieciséis de Molly nos dejaron ir a una discoteca por primera vez. Obviamente estábamos emocionadas y cuando un chico guapo me preguntó si quería ir a bailar con él, le dije que sí sin dudarlo. Lo besé en la mitad de la segunda canción. En mi mente parecía una buena idea, lo juro, el chico... Cameron, creo que se llamaba, se apartó rápidamente y me explicó que él era gay y que me había visto sola, por eso se había acercado a mí.
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CLEAVED | Terminada
Teen FictionGrace detesta a su vecino. Lo malo es que sus padres y los de él se llevan fenomenal, por lo que tienen que pasar prácticamente casi todos los días juntos. Ahora, ¿qué pasará cuando el destino los junte aún más? Ella tendrá que aprender a convivir...