40. Jaque Mate

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Era Navidad y no había podido abrir mis regalos

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Era Navidad y no había podido abrir mis regalos.

Mis padres me habían insistido que debía esperar a que los abrieramos con los Glenn en la tarde, por lo que tuve que aguantarme.

Aunque, siendo honesta, debo decir que puede que durante la madrugada me haya despertado para poder ver un poco de los regalos.

¿Quién sabe? Pueeede.

Además, durante toda la mañana Molly había estado quejándose por el grupo que Val, June, ella y yo teníamos que su hermano había estado todo el día encerrado en su habitación y no tenía idea del porqué, pero que según ella estaba arruinando su Navidad.

Ella no sabía, pero yo sí.

Entonces, además había tratado de ser la mediadora de todo el asunto entre Ollie y Scott.

Este último todavía no se había dignado a hablarle a Oliver sobre... el incidente. Me decía que no se sentía capaz, que tenía mucho miedo de arruinarlo más de lo que ya lo había hecho. Sin embargo, yo le decía que si nunca lo hablaba lo iba a arruinar muchísimo más y que no debería suponer cosas que todavía no ocurrían.

Finalmente, accedí a acompañarlo para que hablase con Ollie porque necesitaba el apoyo moral. Lo entendía, sinceramente.

Por otro lado, volviendo a mi tema, por decirlo así, tenía a Lucas frente a mí. Mirándome intensamente, esperando mi próximo movimiento.

Estábamos jugando ajedrez.

Ya habíamos pasado por Clue, yo había ganado, y algunas partidas de Uno, en las que él había ganado en su mayoría.

Yo no era la mejor en ajedrez, aunque sabía defenderme; había visto toda la temporada de Gambito de Dama.

—Te toca —dije con falsos aires de superioridad. Quería que Lucas pensara que yo tenía todo bajo control aunque la verdad era que no sabía muy bien lo que estaba haciendo.

Él movió su caballo y comió mi alfil.

Ups, eso no lo había visto.

—Jaque.

Intenté mover mi rey lo más que pude, pero siempre terminaba atrapado por todas las piezas que le quedaban a mi contrincante.

—No lo puedo creer.

Después de todo no me podía defender demasiado en el juego.

—¡Jaque mate! —La risa de Lucas era dulce y fuerte, tanto que cerró los ojos y lazó su cabeza hacia atrás. Y más que molesta, creo que me perdí un poco en su carcajada—. Lucas 2, Grace 1.

—Suerte de principiante. —Intenté justificar.

—Eso no tiene que ver, acabo de ganarte —levantó su dedo índice y lo llevó a mi nariz para darle un toque—. Esto fue muy fácil, merezco la corona.

CLEAVED | TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora