36.- Primera noche

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Tras 8h y decenas de monstruos, logramos llegar al campamento. Sentía la cabeza a punto de explotar, los pinchazos en las muñecas eran inaguantables, y parecía que el suelo se movía desde mi punto de vista. Los demás también estaban cansados, jadeando y/o cojeando.

- No hace falta decir que no habéis llegado a tiempo de la comida - dijo Pixie Bob.

- "Solo os llevará tres horas"... Sí, claro... - suspiró Sero.

- Me voy a morir de hambre... - se lamentaba Kirishima.

- Bueno, es el tiempo que nos hubiera llevado a nosotras - dijo Mandalay.

- Os reís de nuestra falta de poder en nuestras caras... - se quejó Sato.

- Mew mew mew... En realidad, pensamos que os tomaría más tiempo - dijo Pixie Bob - Y os las apañásteis bastante bien con mis bestias. Especialmente... Vosotros cinco - nos señaló a Bakugo, Izuku, Iida, Todoroki y a mí - Supongo que vuestras experiencias pasadas os permitieron actuar con tanta rapidez y sin dudar.

Nos miramos entre nosotros.

- ¡Os divertiréis de aquí a tres años! ¡Os proclamo como míos! - gritó, y se lanzó hacia los chicos.

Yo me quedé apartada a un lado, tratando de contener la risa y viendo como Bakugo y Todoroki intentaban evitarla.

- Mandalay... - dijo Shota, señalando a Pixie Bob - No me dijiste que ella era "así".

- Está preocupada por ser una solterona para siempre... - contestó la castaña.

- ¿Solterona? - preguntó Izuku - ¿Ya eres tan mayor?

- ¿Quién es la mayor? ¡Yo no! - contestó Pixie, plantándole una de las patas de su traje en plena cara.

- Si se me permite... - interrumpí un momento, y señalé al pequeño que las acompañaba - ¿Ese niño es hijo de alguna de vosotras?

- Oh, no - dijo Mandalay - Es mi sobrino. ¡Kota! Ven a saludar. Después de todo, vas a pasar la semana con ellos...

Izuku se acercó a él y se agachó para hablarle.

- Hola. Soy Izuku Midoriya, del curso de héroes de la academia UA - le tendió la mano - Encantado de conocerte.

El niño, ni corto ni perezoso, le golpeó en las "partes pudentas" con un semblante entre serio y cabreado. Iida se lanzó en seguida a ayudarle, mientras reñía al niño. Este solo se dignó a contestar fríamente.

- No soporto a los idiotas que quieren ser héroes.

Entre el grito de mis compañeros y los berridos de Bakugo, Shota nos llamó.

- Dejad vuestras cosas en las habitaciones, después venid a comer al salón - dijo - Después de eso, os bañaréis. Entonces, a dormir. El entrenamiento real empieza mañana. Ahora daos prisa.

Dejamos las cosas con prisa y fuimos a comer. Quizás la comida no era para tanto, pero teníamos tanta hambre que nos pareció exquisita.

Acto seguido nos dirigimos a los baños termales, que estaban separados por sexo. 

- Uff, qué bien sienta esto... - suspiró Hagakure.

- Y tanto - respondí - Aunque me siguen doliendo horrores las muñecas... Creo que me sobre-esforcé demasiado...

- Jaja, como todas - rió Uraraka por lo bajo.

Mientras nos relajábamos, oímos varios gritos a través del muro que separaba los baños, además de una especie de golpes en este.

Black AlchemistDonde viven las historias. Descúbrelo ahora