Joel ya se fue.

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Entré a casa y como de costumbre no había nadie, saqué el sobre con el dinero que me dió Joel, él chico más lindo que me había cautivado desde nuestro primer encuentro.
-No puedo creer que te hayas ido... - suspiré mientras me quebraba en llanto. - No quiero este estúpido dinero, no lo quiero si tú no estas conmigo. - Mi impotencia era tan grande que sin darme cuenta rompí el sobre que contenía el dinero.
Me percaté que entre el dinero había una nota. Estaba seguro que no había nadie en casa pero aún así decidí leerlo en mi cuarto.
Lo primero que hice fue guardar el dinero en otro sobre y esconderlo en donde ni mi madre pudiera encontrarlo...En las cajas que contenían mis juguetes y recuerdos de mi infancia, ya ni mi mamá abre esas cajas.
Volví a meterlas debajo de mi cama y me preparé para leer la nota.
"Deseo que te vaya bien en todo lo que hagas, eres muy talentoso...
No quiero que me busques, voy a estar bien... Lo juro.
Te quiero".
-Yo no solo te quiero... Yo te amo Joel. - No podía creer que esto estaba pasando. Quería deshacerme de este dolor que me consumía, miré mi brazo y vi las marcas que tenía por los cortes.
En un momento de debilidad me atreví a tomar el cuter, estaba apunto de volver a marcar me los brazos pero su recuerdo vino a mi mente. - Si él va a estar bien, yo también estaré bien... Ya no me cortaré más, ya no. - A él no le gustaba verme así.
Recordé el día en el que hablamos por primera vez sin pelear hasta que vió las marcas que tenía en los brazos y me imploró que no lo siga haciendo. ¡Que estúpido fui! Si le hubiera hecho caso en el momento que me lo sugirió no lo hubiera perdido...
- Y no lo voy a perder. - Esa palabra escapó de mi boca, aunque le prometí que no lo iba a buscar no podía hacerlo, tenia que verlo y convencerlo de que no se fuera, de que no me dejara.
Miré el reloj eran las 6:40 pm. Salí lo más rápido posible de casa y fui en busca de aquel ruloso que me hizo sentir vivo, felizmente su casa estaba a unas pocas cuadras de las mía.
-¿Que no ves? Fíjate por donde caminas muchacho. - uno de los taxistas me gritó pero poco o nada me importó que la luz del semáforo estuviera en verde.
Llegué a su puerta, sentía que el corazón se me salía del pecho, mi respiración se cortaba.
Ya sin fuerzas, toqué la puerta pero nadie abrió, insistí pero fue en vano.
Miré por la ventana pero no vi nada más que la sala vacía.
-¿Que esta haciendo ahí? - uno de los vecinos de la familia Pimentel me gritó desde su jardín. Quise ignorarlo pero no perdía nada preguntándole acerca de los Pimentel.
-Vine a buscar a... a Israel, soy su amigo y quedamos en ir a una tocada hoy en la noche, ¿Sabe donde se han ido? Él no me comentó que saldría por eso vine a buscarlo.
- Ya deben de estar estar por regresar, tienen rato de haber salido.
Joel, uno de los hijos de esa familia, hoy viaja con su mamá. - dijo sin saber que ese es el motivo de mi dolor.
-¿Sabe a que hora iban a viajar? - pregunté esperando a que me diga que aún no, que tengo tiempo para llegaré impedirlo.
-Pues yo escuché cuando la señora Patricia se despidió de mi esposa y le dijo q el vuelo sale a las 7:00 pm. De hecho, son las 7:00 pm. - dijo mirando el reloj. - Ojalá les vaya bien.
-Gra- gracias señor. Yo lo busco más tarde. - me retiré de ahí cabizbajo. No lo podía creer, no sabía que hacer.
Tomé mi teléfono e intenté llamarlo  pero fue en vano, su teléfono se encontraba fuera de servicio, pensaba en muchas cosas en ese momento, como ir inmediatamente a comprar un boleto de avión e ir tras él peor recordé que no sabía a donde se dirigía.
Todo intento por saber de él fue en vano... Joel ya se fue.

Antes de Joel. // JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora