Me quedaré en tu casa.

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Tocaron la puerta de mi habitación yo estaba navegando por Internet mientras madeleine analizaba sus apuntes. –¿Erick? ¿Puedo entrar? – preguntó Fernanda.

–Así que tiene llave de tu casa. – dijo en son de burla.

–Si, entra por favor. – le di la señal para que entrara.

–Erick, te traje algunas gall... – se quedó callada al ver a Madeleine en mi habitación.

–¡Hola! Soy Madeleine. – dijo ella con una apariencia de niña inocente.

–No sabía que tenías visita, tú mamá no me lo comentó. – dijo mirándome a mí e ignorando por completo a Madeleine.

– Erick, no pensé que  tu enamorada no sabía saludar. - dijo Madeleine sentándose a un costado de mi cama. La situación era incómoda, así que traté de que no se sintiera tanto la tensión.

–Fer, Madeleine vino de sorpresa y... – Madeleine posó su mano sobre mi hombro.

– No sabía que tenía que sacar una cita para poder visitar a mi mejor amigo. – ambos la miramos sorprendidos. – ¡Ay Erick! ¿Creíste que mudando te a otra ciudad yo me iba a olvidar de nuestra amistad?  Está claro que olvidaste lo intensa que soy.

Fer no lograba captar lo que estaba pasando. – Fer, siéntate a mi lado. – ella obedeció. – Made y yo hemos estudiado juntos antes, en mi antigua escuela. Es mi mejor amiga y aunque no hemos mantenido contacto todo este tiempo, ella se enteró de lo que me sucedió y vino a verme.

– Somos mejores amigos desde hace 3 años, cuando estudiábamos juntos la pasábamos muy bien hasta que él tuvo que mudarse aún así, no olvidé nuestra amistad. – noté que Fernanda se sentía muy incómoda con la situación. – Tranquila, no te pongas celosa, Erick nunca me interesó como algo más que un mejor amigo... Además, esta bien feo y aún así es narcisista. – su comentario no me gustó pero actúa tan natural que hasta yo creí que somos mejores amigos desde hace mucho.

Apenas escuchó eso, Fernanda sonrió. –Que bueno conocer a la mejor amiga de mi enamorado... Entonces, ¿Conoces a Diana?

–¡Diana! Esa tipa si que es una loca. – rió Madeleine. – me cae bien, lo único que no me gusta es su relación tóxica, Erick... ¿Puedes creer que su enamorado le revisa los mensajes?

–Si, ella me lo comentó. – dije actuando apenado.

– Debería dejarlo. – comentó Fernanda.

– Yo opino lo mismo, en esa relación no hay amor, o al menos no hay amor por parte de uno de ellos... ¿Hasta que punto puede llegar una persona por alguien que no la valora? – Madeleine suspira.

–¿Hasta cuando te vas a quedar? – pregunta Fer después del comentario de Madeleine. Ambos la miramos, hasta que Madeleine respondió.

– Muy buena pregunta, de hecho he venido a visitar a mi mejor amigo, no conozco esta ciudad y mucho menos conozco a más personas aquí... Estuve pensando en quedarme a vivir acá, contigo Erick. – apenas Madeleine respondió, los ojos de Fernanda se abrieron por completo. – ¿Aquí? – dijimos en unísono.

– Sí, ¿Que pasa? ¿No les gusta la idea? No te lo comenté antes Erick pero no traje mucho dinero y estaré aquí durante un mes, tengo "vacaciones" a mitad de año... ¿Lo recuerdas, Erick? Después de dar un mes completo exámenes, nos dan un mes de descanso... Además, deseo recuperar el tiempo perdido. – sonríe dulcemente.

– Tengo que hablar con mi mamá pero descuida, no sé negará. - le guiño un ojo. – ¿Sucede algo, Fer? – pregunté al notar que no le gustó la idea.

–¿De verdad no tienes a dónde ir? ¿Y tus maletas? ¿Dónde están? – preguntó cruzando los brazos.

– Por ellas no te preocupes, querida... Hubo un contratiempo en mi vuelo y las maletas llegan dentro de poco, dejé mi número para que me llamen cuando estén abajo de esta casa, no quise esperar tantas horas para recibirlas sola en el aeropuerto, por eso me adelanté y vine a conocer la casa en la que me hospedaré. – Fernanda fruncia el ceño al oirla hablar.

Fernanda iba a continuar cuestionando la pero el teléfono de Madeleine empezó a sonar.

– ¿Número desconocido? – comentó Made. – ¿Aló? Si ella habla... ¿Ya están abajo?... Esta bien, ya bajo. – colgó. – Y hablando de las maletas, ya llegaron... Ya vuelvo.

No entendía lo que estaba pasando, ¿Lo tenía todo planeado? ¿Cómo lo planeó si apenas le conté la historia completa? Mientras me cuestionaba el cómo pudo crear un plan tan perfecto, Fernanda se asomó por mí ventana y apoyándose en  ella observaba la escena.

A los pocos minutos Made subió con una maleta y una mochila repleta.

–¿No crees que trajiste muchas cosas? –le pregunto.

– Nunca es suficiente. – comentó agitada por el esfuerzo que hizo al subir las cosas. Volví a mirar a Fernanda, estaba distante confundida tal vez.

– ¿Esos dulces son para mí? – preguntó con una voz tierna. Ella asiente. – VEN, siéntate a mí lado. – ella obedece y me entrega la caja que contenía galletas con chispas de chocolate, galletas de vainilla y galletas de coco. – se ven muy buenas. – comenté.

Saqué una galleta de vainilla y se la puse delicadamente en su boca ella la mordió – Si están buenas. – comentó con la boca llena. Ella hizo lo mismo conmigo, tomó una galleta con chispas de chocolate y me la puso en la boca. Ambos reímos.

– Me olvidé que estabas aquí. – dije mirando a Madeleine.

– Ja ja ja... Muy gracioso. – respondió haciendo pucheros. – Gracias. – dijo recibiendo una galleta que le ofrecía.

Apenas terminamos de comer las galletas, Fernanda se despidió, tomó su mochila y dijo “Vuelvo mañana”. Nos quedamos en silencio por un rato.

– Ya se fue. – comentó al rato Madeleine alejándose de la ventana. –¿Te gustó mi actuación? – dijo echándose en un lado de mi cama. Yo solo la miré, no sabía que decirle. – ¿Por qué me miras así? – preguntó riéndose.

– Tengo una duda... ¿Cómo es que lo hiciste?

–¿Cómo hice qué?

– ¿Cómo es que planteaste toda esa historia?

–Ahh...eso...pues, estás hablando con una experta, no soy nueva en esto.

–¿Cómo lo hiciste? Apenas te había contado mi historia. – pregunto más confundido.

– Me quedé pensando en tu historia, al momento en el que bajé a beber agua llamé a un amigo de la universidad, es uno de mis roommates, le pedí que acomodara mis cosas, lo suficiente para un mes, y le pedí que las trajera aquí... Sabía que Fernanda me iba a observar así que le pedí que se ponga el uniforme que tiene del aeropuerto... Trabajó un tiempo ahí... Cuando llegó a esta casa, bajó del auto, bajó mi equipaje y me di un voucher falso y yo le di un par de monedas.

Madeleine me mostró el voucher. – ¿Yogurt y galletas?

–Se me antojaron ayer. – sonrió. Yo solo la miré. – Tenía que hacer que ella creyera mi historia y lo hizo... Ahora, hablaremos con tu mamá para que me permita quedarme acá... Hay algo que no me gusta de ella, es un poco extraña pero no puedo dejarme llevar de mis pensamientos, tengo que encontrar pruebas con las cuales comprobar mis sospechas... Estoy segura que me va a estar observando.

– Gracias – ella se sorprende al escucharme agradecerle por lo que está haciendo por mí. – Descuida, cuando asumí este caso fue por un favor que de debía a Christopher, pero ahora lo asumo porque es un caso muy interesante... Y hablando de él, voy a llamarlo... Ya vuelvo. – dijo levantándose de mi cama.

Antes de Joel. // JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora