El hospital

80 9 2
                                    

Alisto mis cosas para ir a clases, antes de salir le mando un mensaje a "Diana" simultáneamente le escribo a "Fernanda", no he sabido nada de ella desde aquel día, del día del asalto.

Le he dejado más de 30 mensajes en estos días pero no he obtenido respuesta.

Salgo de casa, camino con pasos cortos y firmes, no tengo apuro por llegar a la escuela ya que hoy salí temprano. Me detengo a esperar que el semáforo cambie de verde a rojo, una abuelita espera a mi lado, le sonrío y así al ponerse la luz, la ayudo a cruzar.

La calle estaba libre, así que por la edad de la señora íbamos a paso lento.

Repentinamente, apareció un auto con lunas poralizadas que iba a una velocidad no permitida en la zona, mi primera reacción al ver lo que estaba pasando fue empujarla ya que el auto venía hacía nosotros.
Lo último que logré escuchar fue un grito de desesperación antes de desvanecerme.

Horas después despierto en la cama de un hospital.
-¡Enfermera! ¡Enfermera! ¡Despertó! ¡Venga rápido, por favor! - esa voz se me hace familiar.
-¿Que me pasó? - trato de tocar mi cabeza pero un dolor en mi brazo derecho se intensifica.
-¡No! No te muevas. - terminó de recuperar la consciencia y la veo a ella.
-¿Que haces aquí? - le pregunto muy desconcertado. - ¿Que hago aquí?
-¿No lo recuerdas? Tuviste un accidente esta mañana... No sabes lo preocupada que estaba... Tonto, ¡No me vuelvas a asustar de ese modo!
-Ahhh.. Sí, ya lo recuerdo. - Me quedo mudo por unos segundos. - ¿Y la señora? ¿Qué pasó con ella?
-¡No te pongas así! La señora está bien, solo sufrió un pequeño golpe pero esta tranquila... ¿Quieres verla?
Está aquí.
-Si... Espera, no te vayas, tengo algo que preguntarte.
-Si, dime. ¿De qué se trata?
-¿Mis papás saben de esto? ¿Están afuera?
-Si, yo les avisé. También quieren verte.
-¿Tú les avisaste? - el tono en el que lo dije la asustó y la llevó a preguntarme.
-Sí , yo... ¿Tiene algo de malo?
-No, claro que no es solo que se me hace un poco difícil de entender el porqué te avisaron a ti primero antes que a mis padres... ¿No se supone que así es? - se queda en silencio y solo atina a mirarme. - ¿Acaso no es así?
-¡Ay Erick! Eso no lo sé, no sé pero me llamaron a mi, tal vez era una de las primeras en tu lista de contacto o a la última que mensajeaste... Qué se yo. - desvía la mirada. - Me retiro para que entre la señora, está esperando desde temprano.- no sé porqué pero no me convenció lo que me dijo. Su actitud cambió cuando le planteé mi pregunta.

-¡Ay hijito! ¡Que alegría que despertaste! - se acerca a mi.
-¿Cómo se siente, señora?
-Bien, hijito. Gracias a ti estoy bien... No pensé que un joven tan guapo como tú le salvaría la vida a una vieja que ya nadie quiere.
-No diga eso, lo importante es que usted se encuentra bien.
-Mil gracias, hijito... No he sido la única que ha estado preocupada por ti. Te doy un consejo... Aprovecha el amor de los tuyos, el amor de tu familia y de esa guapa joven cita que ha estado contigo en todo momento... Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde. - su mirada se pone triste.
-Lo tendré en cuenta. - Asiente. - Señora, ¿Puedo hacerle una pregunta?
-Claro hijo, las que quieras.
-¿Usted fue la que llamó a emergencias?
-No, de hecho pasó algo curioso. - sonríe.
-¿Así? ¿Podría contarme lo que sucedió? ¿Cómo es que llegué aquí?
-Pues... Me encontraba yo tirada en el suelo y me acerqué a ti, naturalmente, el chófer del auto huyó sin ni siquiera bajar a verte. Grité desesperadamente pero la calle estaba vacía y sin darme cuenta, un ángel escuchó mis gritos. Asustada, se acercó y te llamó por tu nombre. Le pedí desesperadamente que llame a emergencias y me dijo que ya lo había hecho, supongo que lo hizo mientras se acercaba a nosotros.
No sabía que esa muchachita tenía un gran vínculo contigo.
-Así que ella es el ángel que me salvó. - asiente. - ¿Sabe si tomó mi teléfono? - me acordé de los mensajes que mandé esa mañana a Christopher.
-No hijo, tu teléfono lo tengo yo. Lo metí en mi bolso y saqué el número de tu madre para que llea pueda llamar. Aunque ella me ha insistido en que le dé tu teléfono yo me he negado.
Mi gesto en agradecimiento fue cuidar de tu teléfono por ti mientras estabas inconsciente. Un teléfono es personal y nadie tiene derecho a revisarlo, yo n sé cómo manejar esos teléfonos modernos así que estuvo bien cuidado conmigo. - Me lo devuelve con una enorme sonrisa. - Toma, para que te entretengas. Y más ahora que vas a pasar tiempo en cama.
-Gracias señora, le he salvado la vida pero créame que usted también salvó la mía.
-Tus padres quieren verte, ahora están pidiendo información, quieren saber cuanto tiempo estarás con esos yesos en tu pierna y brazo izquierdo, en cuanto terminen ingresarán.
-Será muy incómodo estar así, estoy adolorido pero seguro el dolor pasará en estos días.
-Todo va a estar bien, el susto ya pasó, hijo y mil tranvías por lo que hiciste por mi. - la señora se despidió de mi y salió por esa puerta.

En el corto tiempo que estuve solo me puse a pensar en lo extraño que fue la repentina aparición de Fernanda en la escena. Lo extraño que fue su insistencia por mi teléfono y lo extraño que fue su desaparición por unos días.

Prendo mi teléfono por si encuentro algún mensaje de Chris pero aún nada así que decido borrar los mensajes que le mandé por si llegara a perder mi teléfono en el hospital.

Horas después, salgo del hospital en silla de ruedas, acompañado por mis padres y Fernanda. Al llegar a casa, Fernanda se queda a cenar. No le quito la mirada de encima pero trato de actuar de manera natural, la cabeza me duele de tanto pensar y se intensifica por el golpe recibido esta mañana.

La frase que me dijo Christopher, cobra vida en mi mente "Duda de todos" me dijo él pero, ¿Será que también debo dudar de ella?

Antes de Joel. // JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora