Noche en el club.

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Bajé a abrir la puerta, al otro lado de ella estaba Israel esperando a Madeleine.

- Bro, no era necesario que gastes todo tu perfume esta noche.

- Muy gracioso, Erick. - Me extendió la mano.

-Iré a verla, siéntate. - él obedeció.

- ¿Puedo entrar? - pregunté antes de abrir la puerta del dormitorio.

- Entra... - Madeleine tenía puesto un lindo vestido negro que resaltaba su figura y un par de tacones que la hacían ver más alta.

- ¿Y así quieres que Israel no se enamoré de ti? - me acerco a ella.

- ¿Eso es un "te ves muy bien"? - pregunta insegura, yo solo asiento. - ¿Ya está abajo?. - pregunta mientras termina de pintar sus labios.

- Si, está esperándote. - esperé a que termine y bajamos juntos, la primera reacción que tuvo Israel fue quedarse boquiabierto al verla.

- Oye, ¡Cierra la boca! - dije en son de broma.

- Madeleine, estás hermosa está noche. - dijo acercándose a besar su mejilla.

- ¡Gracias! -  Mi mejor amiga se sonroja.

- No me gusta ser mal tercio. - digo haciendo pucheros.

- No hagas berrinches ahora. - dijo mi mejor amiga acercándose a mi mejilla. - No duermas tan tarde, cena y no me llames, ¿Si?

- Como usted lo ordene.

Ambos salieron en dirección al club y aunque sé que va bien acompañada no quise dejarla sola, me alisté y fui tras ellos.

Al llegar me senté en una mesa en la que no podían verme, se me hizo raro ver a Israel solo en aquella mesa... ¿Donde estaba Madeleine? Ya había tardado mucho. Me empecé a llenar de dudas y de pensamientos negativos así que decidí buscarla.

Subí las angostas escaleras en dirección al baño pero me sentí confundido al ver que el baño de damas estaba cerrado... ¿Donde estará?

Habían unas cuantas señoritas preguntándose acerca del baño cerrado, no muy lejos de ellas estaban esos tipos, los guardianes del jefe.
Me puse la capucha de mi chaqueta tratando de cubrirme para no ser reconocido.

- Diculpe señorita... ¿Por qué ese baño está cerrado?

- No lo sé, lo único que sé es que nos sacaron repentinamente de los baños cuando entraron dos chicas.

- ¿Dos? Disculpa pero... ¿Esos hombres estaban ahí antes de que las sacaran?

- No, de hecho ellos nos sacaron por orden de una de las señoritas.

- ¿Me asegura que no quedó nadie más adentro?

- No lo sé, yo solo vi a las que estábamos arreglandonos frente al espejo, no me fijé si quedó alguien más.

-Gracias. - apenas dije eso la puerta se empezó a abrir lentamente y logré ver a las señoritas que salían de ahí conversando.

Lo único que se me ocurrió para que no me reconozcan fue besar a la señorita que se encontraba a mi derecha.

Las dos señoritas caminaron en dirección a las escaleras y detrás de ellas los guardianes.

En ese momento la solté y como era de esperarse, me bofeteó.

Entré desesperado el baño de mujeres ignorando el grito de las otras señoritas.

- ¡Madeleine! ¡Madeleine!

- ¡Aquí estoy! - dijo mientras salía de uno de los baños.

- Estas bien. - suspiré mientras la abrazaba con todas mis fuerzas. - Gracias a Dios lo estás.

- Erick, lo que tengo que contarte es muy grave.

- Primero salgamos de acá. - dije tomándola de la mano.

Bajamos mirando a todos lados para no encontrarnos con ellos. Nos dirigimos hacia dónde estaba Israel.

- ¿Que haces aquí? - preguntó sin entender lo que sucedía.

- Eso no importa ahora, ¡Vámonos! - dijo Madeleine tomando su bolso.

Los tres salimos rápidamente del club y nos dirigimos a casa.

- ¿Que fue todo eso? - preguntó Israel apenas entramos a mi dormitorio.

- ¡Shhh! ¡Cierra la maldita puerta! - grité.

- ¿Para qué fuiste? Te pedí que te quedaras en casa. ¿Es tan difícil acatar órdenes?

- ¡Ya deja de sermonearme! No podía quedarme en casa, mis dos mejores amigos se estaban exponiendo... ¿Querías que esperara?

- Tienes razón, pedirte algo así era muy ridículo... Sabía que no lo harías.- ambos la miramos desconcertados. - Sabía que irías... Conoces a esos hombres, ¿Verdad?

- ¿De quienes están hablando? - Israel no lograba comprender lo que sucedía.

- Cuando llegué no la vi contigo y me preocupé, subí a buscarla en los baños pero estaba cerrado, hablé con las señoritas que estaban consternada por lo sucedido y supe que habían dos señoritas adentro, causantes del cierre del baño...

- La viste, ¿Verdad? - preguntó Madeleine mientras se quitaba los tacones.

- Si, pero ella no me vió.

- ¿De quién hablan? - preguntó Israel.

- Fernanda. - dije decepcionado.

- Cuando dejé a Israel me dirigí al baño y a los pocos minutos entraron dos mujeres. Una de ellas dijo "Sacalas a todas", ambos hombres entraron a sacar a todas.

- ¿Por qué no te sacaron a ti?

- abrí la puerta del baño hasta la mitad, me sujete de la puerta como pude y subiendome en el tacho de basura me quedé en silencio durante toda la charla.

- ¿Entraron solo a charlar? - preguntó Israel.

- Así es, no estaba segura de que fuera Fernanda hasta que la llamó por su nombre, hablaban de ti, de lo idiota que eres por no darte cuenta de que ella es la causante de todo esto.

- ¿Fernanda es la que está detrás de todo esto? - Israel no lo puede creer, yo en cambio lo tomo con normalidad.

- ¿Que fue exactamente lo que dijo?

- Que está cansada de tus rechazos, de tu desinterés, de tu mejor amiga y de ese amor fantasma que tienes.

- ¿Amor fantasma? Erick... ¿De qué está hablando?

- Israel... Cuando Fernanda me confesó su amor yo la rechacé porque amo a otra persona... No es un amor reciente, es un amor que no pude olvidar.

- ¿Y entonces por qué te hiciste su enamorado? ¿Sabes que jugaste con sus sentimientos?

- No lo hice, ella era consciente de eso, todo fue una confusión... Cuando entraste a mi habitación aquel día, hablamos de ese amor, me sentí presionado y ambos finguimos.

- Todo es tan confuso que no logró entender... ¿Estará su hermano enterado de todo esto? - Israel se cuestiona todo desde que se enteró de todo.

- Tranquilo, lo único que tienes que entender es que Erick nos necesita y que tienes q actuar natural en frente de Fernanda... Ella no tiene que darse cuenta de esto y menos de que tú estas involucrado.

- Entiendo... Bro, yo te apoyo en todo, es hora de desenmascarar a Fernanda.

Antes de Joel. // JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora