Antes de Joel. // Joerick

Una valiosa amistad.

Salimos de la estación de policías en cuanto Madeleine terminó de rendir su declaración, estaba temblando por lo que acontecerá dentro de muy poco ya que al llegar a casa íbamos a hablar con Israel de todo, él se iba a enterar de toda la verdad.

Al llegar Madeleine fue recibida con un cálido abrazo proporcionado por mi madre.

- ¡Ay hija! ¡Te extrañé tanto!

- Gracias señora, estoy bien ahora que estoy con ustedes... Son como la familia que nunca tuve. - suspira.

- Cuidaremos de ti hija, mi Erick está más feliz desde que estás viviendo con nosotros y todo es gracias a ti. - sonríe.

- Mamá, es mejor que Madeleine descanse. - intervengo, mi mamá sabe de lo sucedido con Fernanda y a decir verdad no le ha chocado mucho la noticia... Creo que ya lo veía venir.

Por otro lado, intervengo para que se vaya a descansar y así evitar hablar con Israel del tema... Lo sé, soy un cobarde pero no quiero perder a mi mejor amigo por estar enamorado de su hermano.

- ¡Ahhh no! Te conozco Erick y sé lo que tratas de hacer. - interviene mi mejor amigo.

- ¡Vamos Erick! Es hora de hablar con la verdad. - Madeleine se apoya en mi para ayudarla a subir las escaleras. Yo solo asiento y la ayudo a subir.

Entramos los cuatro, si Christopher seguía con nosotros.

- Empiecen a hablar. - dice serio.

- ¿Que es lo que quieres saber? - pregunta Chris.

- Absolutamente todo, no quiero que me oculten nada.

- Así será. - agrega Madeleine.

Escucharlos decir eso con tanta normalidad me hacía temblar... ¿ Cómo es que lo toman de ese modo si están apunto de decir que los principales involucrados somos Joel y yo?

- Madeleine... - susurré.

- Yo te apoyaré. - insiste.

- Comenzaré a hablar. - digo en un abrir y cerra de ojos. - Israel, en mi pasado tuve problemas con Narcotraficantes y al parecer el jefe es el padre de nuestros compañeros.

- Si, eso nos acabamos de enterar. - dice serio.

- En mi pasado cometí un error muy grande al involucrarme en esa deuda.

- Erick, eso ya lo sé, no me estas diciendo algo nuevo... Sé que lo que hiciste fue por un amigo. - Madeleine lo toma del hombro para que se calme.

- No seas duro con él, es muy difícil decir lo que va a decir. - agrega Christopher.

- Todo fue oscuro hasta que llegó, esa persona que con su sola presencia puso mi mundo de cabeza, esa persona que me motivó a cambiar mi vida y no hundirme más, por esa persona dejé de lastimarme con esos cortes en los brazos. - apenas dije eso los tres me miraron preocupados por mi pasado, noté que Madeleine dejó caer algunas lágrimas pero no sé si es por lo que estoy contando o porque no falta mucho para que Israel se entere de lo importante que es su hermano para mi.

- ¡Wow! Si que esa persona llegó a cambiarte la vida. - comentó Israel.

- Si lo hizo, pero no pudo permanecer a mi lado con todos los problemas que tenía y se alejó... No logré protegerlo como hubiera querido.

- ¿Protegerlo? No... No logro entender.

- Israel... - suspiro. - esa persona no es una mujer.

- O sea que tú eres... - asiento. - ¿Te gustan los hombres?

- No los hombres... Solo uno.

- ¿Y quién es? - en ese momento deseaba desaparecer pero era imposible.

- Esa persona es... Es tu hermano Joel. - sentí el mundo venirse encima de mi. Lo miré fijamente y se quedó inmóvil.

- Espera... Cre que escuché mal... Ja ja ja, ¿Escucharon la estupidez que acaba de decir? - miró a ambos tratando de evadir la realidad pero ambos los miraron serio. - ¿Ustedes lo sabían? Madeleine... - la mira esperando una respuesta pero ella no puede evocar ni una sola palabra.

- Israel yo... - fui interrumpido por un golpe proporcionado por él.

- ¡Cállate imbécil! ¿Cómo se te ocurrió poner tus asquerosos ojos en mi hermano? ¡MI HERMANO!

- Deja que te explique.

-¿Que me vayas a explicar? Que te fijaste en mi hermano y lo hiciste sufrir a tal punto que se largó de aquí... ¿Sabes? No logré entender el por qué de su partida y ahora todo tiene sentido... Maldito infeliz.

- ¡Israel ya basta! - Madeleine interviene poniéndose en medio de ambos.

- Y tú, tú lo sabías y no dijiste nada, falsa e hipócrita... No sé cómo pude enamorarme de ti, nunca conocí a una persona más falsa en mi vida. - los ojos de Madeleine se llenaron de lágrimas que no pudo contener.

- No le reclames a ella, ella solo quiso ayudarme.

- Israel yo nunca quise hacerte daño, entiéndelo ¡Por favor! - súplica.

- ¿No quisiste? Déjame contarte que ya lo hiciste. - su voz se entrecorta. - acabas de romper mi corazón en mil pedazos. - ¿Tú no dices nada? - se enfoca en Christopher.

- Yo solo diré que en el tiempo que estuvo Joel aquí, fue feliz.

- No quiero que vuelvas a ir a mi casa.- susurra.

- No lo haré si así lo deseas... De todos modos me iré en unos días.

- Espero que así sea, si te vuelvo a ver no me haré responsable de mis actos. - camina hacia la puerta.

- ¡Israel! - lo llamo con desesperación.

- Desde hoy dejaste de existir para mí, olvidate de nuestra amistad. - se fue de la habitación con rumbo desconocido.

- Lo perdí... - digo sollozando.

- No sabes cuánto lo lamento. - comenta Christopher.

- Erick, sabíamos que esto tenía que pasar tarde o temprano. - trata de reconfortar me Madeleine.

- Quiero estas solo... ¡Por favor! - digo secando mis lágrimas. - necesito asimilar lo que acaba de pasar.

Ambos comprenden lo que estoy sintiendo en estos momentos y salen de mi habitación.

Quería desaparecer, acabo de perder a mi mejor amigo... Acabo de perder una de las relaciones que más aprecio. ¿Estuvo mal poner mis ojos en el hermano de mi mejor amigo? ¿Estuvo mal enamorarme de él? ¿No debí hacerlo? ¿Por qué todo me sale mal?