Hay que hacerlo real, así no nos descubriran.

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De camino a la escuela siento que me espían, no quiero voltear pero aumento mi velocidad. No me sirvió de nada ya que me intersectan.
-¿Pensabas huir de nosotros? - un hombre musculoso con una sonrisa descarada me toma por el cuello de la camisa.

-Otra vez ustedes. - llegan sus secuaces.
-Tranquilo Chibolo, después de la última cuota no nos volverás a ver en tu vida... A excepción de que vuelvas a tener una deudita con el jefe.
-Ya suelta me, no voy a tener ningún trato con ustedes lacras. - Me tomó con más fuerza.
-Ten cuidado de como nos hablas, no quiero golpear tu linda carita por todo lo que estas diciendo. - Me muestra su puño pero nota que no tengo miedo.
-Veo que no reaccionas, tal vez lo harías si te digo que tus actos pueden perjudicar a tu enamorada. - reacciono pero me calmo, si lo golpeo puede hacerle daño a Fernanda.
-Ya nos vamos entendiendo. - sonríe. - Por cierto, esta muy bonita y si no te portas bien con nosotros puede que pasemos un buen momento con la dulce señorita.
-!Por favor! No lo hagan... Les pagaré la última cuota sin problemas.
-Así me gusta, que nos cumplas... El jefe estará tranquilo. - Me suelta. - te veo en tres días.

Se alejan, la cólera me domina y solo deseo llegar a la escuela para lavar mi rostro y enfriarme un poco.
-¿Escuchaste que la nueva del salón de Luana ya tiene enamorado?
-Noooo, ¿De verdad? Yo quería con ella.
-¿Quién no? Si está más buena.
-Si pues, ¿Quién es el afortunado?
-Erick. El chico por el cual las chicas de nuestro salón suspiran... No sé qué le ven, es un chico sin gracia.
Dos muchachos mantenían una conversación en el baño pero cuando me vieron entrar se callaron y salieron del baño.

En los pasillos había más ruido de lo normal, todos hablaban de la gran noticia "El noviazgo entre chica dulce un bonita y el chico de ojos verdes".
Al ver los pasillos, podía imaginar la reacción de mis compañeros de aula.
Al entrar al aula el panorama no era como lo esperaba, el silencio incómodo se apoderó del salón, miradas furiosas que si fueran fuego me quemarian por completo, gestos poco amigables por parte de mis compañeros. Y en el caso de las niñas, gesto de decepción amorosa y miradas amargadas en algunos casos.

Y ahí estaba él, levantándome la mano. - ¿Por qué todos tienen esos gestos tan deprimentes? - susurré.
-¡Ay amigo! - afloja el nudo de su corbata.
-Y... ¿Por qué en los pasillos se rumorea acerca de mi relación con Fernanda? - dije apoyándome sobre la mesa.
-Verás... Emocionado lo comenté esta mañana a nuestros compañeros de aula y al parecer ninguno de ellos lo tomó a bien a excepción del hermano de Fer, a él se lo conté ayer... ¡Ahh pero yo no soy responsable de los rumores en los pasillos de la escuela! Supongo que él o la que esparció el rumor salió del salón con el fin de hablar de la nueva parejita.
-¿Por qué reaccionaron tan mal? - pregunté haciéndome el desentendido.
-¿Cómo qué por qué? ¡Es obvio! Fernanda la niña linda, dulce y buena onda de la escuela... Tú, el chico de ojos verdes. - lo miré enojado. - ¿Qué? ¿Por qué me miras así?
-¿En serio? El chico de ojos verdes... ¿No tengo cualidades que me hagan ver como el deseado por todas?
-NO, en realidad sólo les gusta tus ojos, no eres para nada encantador.
-¡Wow! Si esto dice mi mejor amigo no quiero saber que opina de mi mi más grande enemigo.
-No me gusta mentir y lo sabes, eres un patán y aún así tienes suerte con las chicas, ¿Que esperas que diga? Eres un patán con suerte. Y hablando de suerte... Ahí llega tu amada. - volteo cuando Isra me menciona a "mi amada", hoy se ve muy linda, se ha arreglado más de lo normal.

-¡Hola mi amor! - saluda desde la puerta del aula. Yo solo atino a mover mi mano devolviéndole el saludo.
Sin esperarlo se abalanzó sobre mi y me dió un gran beso, no pude reaccionar, se acercó a mi oído y dijo "Hay que hacerlo real, así no nos descubrirán". - yo solo sonreí.
-¡Felicitaciones, cuñado! Te encargo mucho a mi hermana. - dijo Luis. Yo asentí.

Pasaron las horas y el receso llegó, cuando guardaba mis libros ella se acercó. - Cariño, ¿Que vamos a comer hoy? - preguntó.
- No lo sé, ¿Que quieres comer tú?
-Aún no sé, hay que ver el menú. - tomó mi mano.
-Espera... Yo traje mi refrigerio... Bueno, tengo una manzana.
-¿Podrías guardarla? Quiero que comamos algo de la cafetería. - Me imploró. Todos nos miraban, no pude negarme, así que fuimos juntos a la cafetería.
Revisaba mi celular mientras esperaba que volviera del baño.- ¿Qué vas a comer? - pregunté.
-Creo que sólo quiero un sanguche de pollo. ¿Qué comerás tú?
-Lo mismo que tú. - respondí.
-Bueno... ¿Qué esperas para comprar? Ve, por favor. Te espero acá. - Desganado y sin poder protestar fui a formar mi cola.

--Aunque no me quieras ahora, yo no me rendiré. Solo tenemos que pasar más tiempo juntos... Mi amor. - sentada en un lugar poco visible Fernanda suspiró. Mientras sus uñas emitían un débil sonido al chocar con la mesa notó que la pantalla del celular de Erick se prendió y la curiosidad la mató. - ¡Ahh es él otra vez! ¿Cuándo dejará de llamarlo?  ¿Cuándo será el día en el que deje de informar le acerca del tal Joel? Tengo que evitar que lo encuentre y más ahora que sabe que está en Miami. - diciendo esto y dominada por los celos colgó y así lo hizo un par de veces hasta que Christopher ya no volvió a llamar.
A los minutos volvió Erick y ella volvió a la "normalidad". La dulce niña de puros sentimientos por fin reveló su verdadero interés.

¡Hola! Estuve muy ocupada la semana pasada pero ya publiqué hoy, y el capítulo es más largo. Espero les guste.

Antes de Joel. // JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora