El triunfo.

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- Buenos días madre. - suspiro sobandome los ojos.

- Otra vez no dormiste. - susurra.

- ¿Cómo hacerlo? Mi mejor amiga está desaparecida... Su vida está en riesgo... ¿Se puede dormir ante está situación?- me acerco a darle un beso en su frente.

- ¿Encontraron algo? - empieza a poner la mesa.

- No una sola pista... Es como si se la hubiera tragado la tierra. - como un poco de huevos revueltos ya que no faltaba mucho para mi encuentro con Israel y Fernanda.

Salí en dirección al parque para encontrarme con ambos.

- ¿Cómo nos dividimos ahora? - preguntó Fernanda.

- Vamos a buscar en diferentes zonas... Israel, tú vas a ir por la loza deportiva y alrededores. Fernanda tú por este parque y alrededores y yo me dirigiré al cine.

- ¡Gran idea! - comenta Israel.

Hicimos lo propuesto y me alejé del lugar.

- ¿Listo? - le escribí un mensaje a Christopher.

- Estoy siguiendo la. - al recibir su respuesta, llamé a Israel y nos encontramos en un punto para seguir las indicaciones.

- ¿A dónde vamos? - pregunta intrigado.

- A seguir a Fernanda... Hoy rescataremos a Madeleine. - sus ojos brillaron y emocionado empezó a seguirme.

Nos hallabamos alejados del punto de encuentro, es más, estábamos a escasos metros de la frontera de nuestra ciudad con otra ciudad.

- ¿Por qué nos detenemos? - pregunta.

- Para descansar... - respondo agitado por el viaje a pie que hicimos.

- ¿Falta mucho? - pregunta.

- No mucho... Eso espero... En realidad, no lo sé - sonrío.

- ¿Cómo es que no lo sabes? ¿De verdad estamos siguiendo a Fernanda? - asentí. - Y si es así... ¿Por qué aún no la he visto? - cruza sus brazos.

- Es algo largo de explicar... En resumen, tenemos un colaborador que la está siguendo desde nuestro encuentro en el parque.

- ¿En serio? Y... ¿Quie... - lo interrumpí para que no siguiera cuestionando.

- Volvió a escribir, sigamos caminando. - él me siguió.

NARRA MADELEINE:

En todos estos días en este lugar hallé el método para librarme de una muerte espantosa y seguir viva por más días, al mismo tiempo, logré aflojar el nudo de la soga que mantenía atadas mis manos.

- ¡Estúpidaaa! - grita Fernanda entrando al lugar.

- ¡Ahh, eres tú! - trato de no darle importancia.

-¡Respetame, tarada! ¿A quién esperabas ver? ¿A Erick? - ríe irónicamente.

- Es mejor ver a ese narcisista que ver tu horrible cara. - Digo sin titubear.

- Repite lo que has dicho. - se altera.

- ¡Ya basta! - grita Luis golpeando la mesa.

- ¡Detesto que la defiendas! - se queja.

- ¡Ambas son irritantes! Y no la defiendo porque me gusta o algo así, la defiendo para que pase sus últimos días de vida tranquila. - sonríe. - Y la haré feliz antes de que deje de existir. - el tono en el que lo dijo me hizo pensar cosas espantosas.

Antes de Joel. // JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora