El testigo.

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Después de una charla larga con mi mamá acerca de la situación de Madeleine logramos convencerla aunque con bastante dificultad. Madeleine se quedará hospedada en la habitación del costado.

Al terminar de acomodar sus pertenencias en los cajones del armario de aquella habitación, ella ingresó a mi habitación.

– ¿Cómo te sientes? - preguntó sentándose a mi lado.

- Se toca antes de entrar. - dije dejando la revista que estaba leyendo sobre mi mesa de noche. - ¿Cómo crees que me siento? – pregunté sarcasticamente apuntando a mi pierna enyesada.

- ¿Sabes que irradias felicidad? - preguntó estúpidamente. Me negué a contestar. - hablé con Diana.

Al escuchar eso abrí mis ojos por completo. - cierra la puerta. – ella obedeció.

– Me dijo que estaba haciendo un buen trabajo, también le pregunté acerca del mensaje que recibió y me mandó el número del cuál lo recibió, se lo reenvié a mi amiga... Ella va a buscar el dispositivo, el lugar de donde se mandó... Lo demás depende de mi.

-¿Eso fue todo? - pregunté desanimado.

- No, claro que no... Joel está bien, ha tenido unos cuantos trabajos en el lugar donde se encuentra. - dijo con una mirada cómplice.

- ¡Gracias! - le sonreí.

- De nada, mejor amigo. - reímos juntos. - Me caes mejor de lo que pensé egocéntrico.

-También me caes bien niña detective.- se despidió y se fue a descansar.

A la mañana siguiente desayunamos juntos, ella trajo mi desayuno muy temprano.

-¡Apenas son las 6:30 a.m! - grité quejándome.

-No quería desayunar sola. - dijo mientras me quitaba las sábanas.

- ¿Siempre te levantas tan temprano? - dije volviendo a taparme.

- Aveces, cuando tengo cosas importante que hacer... Como ahora. - esta vez me quitó las sábanas por completo.

- ¿Vas a salir? - pregunté recibiendo mi desayuno.

- Afirmativo, es por eso que saldré temprano. - dijo dándole un mordisco a su sanguche.

-¿Y a donde vas? ¿Puedo saberlo? - pregunté intrigado.

-Iré a una cafetería que está a dos horas de aquí.

-No comprendo... ¿Pará qué vas tan lejos si hay tres cafeterías en esta zona? Además, ¡Estás desayunando!

- No me sorprende el porqué Joel se fue y te dejó. - eso me dolió mucho, no supe como reaccionar. - ¡Ohh, lo siento! Erick yo no... Yo no quería decirte algo así, solo bromeaba. No fue una buena broma... No te atormentes mi amigo, yo haré que tú vuelvas a estar con el amor de tu vida... Confía en mí. - dijo esbozando una sonrisa.

-Gracias... ¿A que vas a la cafetería? Lo siento, eso no me quedó muy claro.

- Iré a ver a tu amigo, José. Trabaja en la cafetería "El buen gusto". Turno mañana ya que estudia en la tarde. - Me quedé boquiabierto. - Cierra la boca que vana entrar las moscas.

- ¿Cómo es que sabes todo eso? - pregunté sorprendido.

- ¡Ya deja de sorprenderte! Te dije que estas hablando con una profesional... Te lo contaré, se nota en tu cara que tienes ganas de saberlo. Mientras tú dormías anoche, yo investigué a tu amigo, las redes ahora te lo dicen todo, encontré información acerca de donde trabaja y vive así que voy a ir allá.

- ¿Crees que te dirá la verdad? ¿Quién confiaría en alguien que no conoce?

- ¿Tú? Tú lo hiciste, no tenemos ni un día de conocernos y mirame, estoy metida en tu cuarto.

- La situación es distinta, y lo sabes...Yo necesito de ti, Chris confía en ti. - Me entristeció decir eso.

-¡Hey! Tranquilo, yo te ayudaré... Confía en mi poder de persuasión. Así tu noviecita me creyó el cuento que le dije. - asentí. - Y... Hablando de ella, ¿Vendrá hoy?

- Supongo que si.

-¡Ay que horror! Esa chica esta pegada a ti como una garrapata... Si pregunta por mi, dile que salí a conocer la ciudad. 

                     Narración de Madeleine.

Tomé un taxi que me llevó hacía la estación de tren. Ya en la estación esperé quince minutos por el tren que me llevaría cerca del café.
El tren estaba repleto de gente ya que era hora punta, sin embargo pude notar la presencia de dos hombres que actuaban de manera extraña, de vez en cuando me miraban y eso me hizo pensar que me seguían por ende bajé dos estaciones antes de mi destino final y coincidentemente estos dos hombres lo hicieron.
Me dirigí tranquilamente hacia el baño de mujeres, llevaba puesto una chaqueta larga que me llegaba hasta las rodillas, un pantalón negro y mi bolso. Al entrar a uno de los baños colgué mi chaqueta, me quité mi pantalón negro y saqué de mi bolso un short de color rojo con el cual reemplacé el pantalón, además del short, llevaba en mi bolso una peluca rubia larga que acomodé sobre mi cabeza después de amarrar mi cabello. Antes de salir y abandonar el bolso junto a mis otras pertenencias, tomé mi teléfono, las monedas que llevaba dentro del bolso y mi documento de identificación.
Esperé a que una señorita saliera del baño para "preguntarle una dirección" y así poder salir con ella. Ellos se encontraban al frente del baño conversando para disimular.
Pasé desapercibida y apenas vi que se aproximaba un tren subí a el.
Llegué 30 minutos después de lo que había planeado, entro a "El buen gusto" y de inmediato identifico a José.

Él se aproxima para atenderme.

- Buenos días, señorita... - Me entrega una carta del establecimiento.

- Hola... Traeme un capuchino con crema, por favor... José. - dije mirando su nombre que estaba impreso en el lado izquierdo de su camisa.

A los pocos minutos vino con mi pedido. - Gracias... Antes de que te retires, quisiera conversar contigo de un tema un poco delicado. - él me miró extrañado.

-¿Conmigo? Creo que me estas confundiendo. - dijo apuntó de retirarse.

-Nooo, espera... - lo tomé del brazo. - Quiero hablar contigo, José... Sobre Erick Brian Colón, tu amigo.

-¿Erick? No entiendo.

- Solo tú puedes salvarlo... Salvarlo de las garras de Fernanda.

-¿Quién eres tú? - preguntó aterrado.

-Madeleine, mejor amiga de Erick, sospecho mucho de Fernanda, no tengo pruebas pero tampoco dudas de que esa chica algo oculta. - dije tomando del capuchino con crema.

-Está bien... Te voy a ayudar. Pero no puedo hablar aquí, mi jefe me observa y mi deber es atender a los clientes no dar información de temas personales. - dijo riendo.

-Entiendo, atiendeme entonces. Disculpa, ¿A hora sales del trabajo? En realidad necesito mucho esa  información y considera que he venido de muy lejos solo a verte... En realidad es información de vida o muerte.

- Me estás preocupando... Salgo a las 12:30 pm. En dirección a mi escuela... ¿Me acompañas? - miro la hora en mi reloj aún faltan dos horas para su salida.

-Esta bien, te espero. Al terminar mi bebida, iré a visitar la plaza que está al frente de este establecimiento. Y vuelvo a las 12:30 pm. para irnos juntos.

Antes de Joel. // JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora