Capítulo 30.

498 28 2
                                    

Le había dicho que lo amaba. En el calor de la entrega, había sido lo suficientemente estúpida para confesarlo, pero no había encontrado en él reacción alguna. **Quizás no me escuchó** trataba de convencerse y así lo hizo, después de buscar mil y un explicaciones que lo hicieran quedarse callado y luego dormirse ante semejante frase. Y ella se sentía tan mal, porque lo había dicho desde el fondo de su alma de niña, ahora convertida en mujer. Recordó con lágrimas en los ojos, la manera en que había escapado, una vez que Michael cerrara los ojos y se quedara dormido. Recordó el dulce y suave beso que posara en sus labios, diciéndole adiós al hombre para de una vez por todas aceptar al amigo. Porque si de algo estaba segura Rachel, era que Michael seguiría con sus planes, y ella lamentablemente no era uno de ellos.

Se levantó sin ganas en su cuarto. Era viernes, el día antes de San Valentín. Odiaba que llegara ese día. Aunque a ella siempre le encantaba San Valentín, ese año lo odiaba con todas sus fuerzas y tenía una razón muy obvia para hacerlo. Esa fecha lo perdería para siempre. No quería salir de su habitación, porque eso implicaba enfrentarse a las preguntas de Ashley y no se sentía con ánimos para contestar los insidiosos cuestionamientos y pedidos de explicaciones con lujo de detalles, que desde el momento en que despertó intentó olvidar. Pero cómo podría hacerlo, olvidar, como si fuera posible. Si esos ojos verdes la perseguirían de por vida. Ese cuerpo tan masculino, el sabor de sus besos, sus caricias y el perfume de su piel, la estaban quemando y matando en vida.

Se dió una ducha y bajó al comedor. Llegó temprano para no ser cuestionada por nadie. Cogió cereales y rápidamente terminó el desayuno. Cuando se levantaba de la mesa, Ashley se sentaba con su hermano a desayunar. La rubia la miró con curiosidad y ella esquivó esa mirada. Ashley que no la iba dejar escapar la cogió de un brazo. Ella entonces tuvo que detenerse y mirarla.

- Ashley: ¿Todo bien?- Rachel trató de calmarse y falseando una sonrisa le contestó-.

- Rachel: ¡Todo muy bien! – y se levantó de su asiento con prisa-.

- Luke: ¿No te quedas a desayunar Rach? – dijo y ya estaba sentado en la mesa y buscando comida.

- Rachel: No, ya he desayunado, ahora tengo cosas que hacer.

- Ashley: Rachel Hemmings –la miró– ¿Ha pasado algo que quieras decirme? – y le abrió los ojos para que su hermano no la viera-.

- Rachel: No, mira, tengo prisa, ¡despúes nos vemos! – dijo se soltó rápidamente y salió del comedor, con tanta mala suerte que se chocó con el mismísimo Michael Clifford, que entraba cabizbajo y sin mirar por donde caminaba. Ella se quedó hecha de piedra y su rostro se tiñó de un rojo furioso, que al parecer era color en la cara que estaba de moda, porque Michael lo tenía en la suya. Ninguno habló hasta que…

- Michael: Hola – dijo metiéndose las manos en el bolsillo-.

- Rachel: Hola – dijo ella mirando hacia una estatua – bueno, es… que… tengo que irme… para allá– dijo señalando unas escaleras-.

- Michael: Si… digo… yo tengo que irme para allí- dijo él señalando hacia el comedor-.

- Rachel: Si… que bien… bueno… allí están Luke y Ashley.

- Michael: Que bien – dijo él sin ánimo – iré a buscarles, bien…- la miró – adiós.

- Rachel: Si… bien… eh… adiós – y dándole la espalda salió de esa situación tan embarazosa de encontrárselo. – **Eres una estúpida, te metes en la cabeza que lo seguirías tratando como siempre, y ahora lo ves y te quedas como una maquina que le cuesta arrancar, ¡idiota!** – iba murmurando por los pasillos-.

Por otro lado..

- Michael: ¡Grandísimo imbécil! ¿te propones y te convences de que nada cambiará entre nosotros y cómo te comportas? como un niño avergonzado, ¿de qué? – Dijo al llegar a la mesa. Ashley lo miraba fijamente como tratando de conseguir algo. Él la miró y se sentó de golpe – Hay Ashley, no sé qué coño me ves, ¿crees que puedes sacarme algo?

- Ashley: Eh - dijo ella y se volvió a su plato – ¡parece que no te has levantado bien hoy!

- Michael: ¡No! – dijo él cogiendo un plato– y no tengo ganas de darte una explicación del por qué de mi actitud -Luke lo miró extrañado – ¡y a ti tampoco! - Luke levantó las manos.

- Luke: ¡No dispares Mike! – rió – no tengo nada para defenderme-.

- Michael: ¡Cállate ya y pásame el zumo! – le respondió de mala gana-.

- Ashley: Bien, cómo estuvo el ens… - Trató de preguntar, pero Michael la interrumpió, golpeando la copa en la mesa.

- Michael: ¿Qué te he dicho? ¡No tengo ganas de hablar de nada! ¿Es que acaso no entiendes? – la miró enfadado-.

- Luke: Mike, ¿deja de gritarle vale? – dijo serio – ¡ella no tiene la culpa de lo que sea que te pase!

- Michael: ¡Pero me vive presionando para que le cuente mi vida! ¡Es que no te das cuenta que no quiero hablar!

- Ashley: Perdóname Mike - dijo ella algo apenada- Pero yo quiero saber…

- Michael: ¿Por qué no te dedicas a tu vida y me dejas en paz? – dijo cogiendo una tostada y levantándose de la mesa – ¡ni desayunar tranquilo se puede ahora! ¿No te basta con joderme durante las clases ahora lo haces durante mis comidas? ¡Joder Ashley consíguete una vida! – y se marchó, dejando a Luke con la boca abierta y a Ashley con los ojos llenos de lágrimas.

- Luke: ¿Y a este qué cojones le pasa? – dijo mirando a Ashley. Ella negó con la cabeza – no te pongas mal, sabes como es, cuando algo lo perturba explota con nosotros, ya se le pasará y vendrá a disculparse.

- Ashleu: Es que, tiene razón – él la miro sin entender – Siempre pienso que ha estado solo, y que necesita de alguien, es decir una hermana mayor con quien confesarse y luego me doy cuenta de que él no quiere eso, quiere una amiga, pero no puedo con mi genio, se que soy molesta y mandona, pero lo hago porque lo quiero como mi familia, ¿lo entiendes tu Luke? – él la abrazó

- Luke: Claro que si cariño - la besó en la frente – Y él también sabe que tus intenciones son buenas, sólo que a veces los problemas lo superan. Creo que sé por qué está así.

- Ashley: ¿Tú? – le preguntó mirándolo asombrada-.

- Luke: ¡Si! – dijo sonriendo al ver la cara de su novia – ¿Te parece raro no? – ella sonrió – Es por Rachel, está confundido. No sabe si quiere a Rach o a Lisa y eso le atormenta.

- Ashley: ¿Tu crees?

- Luke: Eso del romanticismo le ha jugado una mala pasada, verás, se dió cuenta de que Lisa es superficial y banal y que existen chicas que sólo se conforman con una sonrisa y una palabra de cariño. Entonces Rachel sencilla bonita, sin ambiciones materiales, que está dispuesta a brindarle su ayuda sin pedir nada a cambio y que la muy desgraciada sabe como seducir a un chico... – ella rió – Luego está Lisa… bonita, que digo, ¡espectacularmente bonita! Que te hace hervir la sangre de sólo imaginártela en la ca… - respiro – bueno tu sabes…en la intimidad – ella asintió – pero que no tiene el menor atisbo de romanticismo en sus venas, sólo por las cosas materiales. Es lógico que esté confundido. Y lo tiene furioso, por caer en ese juego de “¡Ayúdame a ser más romántico Rachel!” Y por el cual ahora está en un gran dilema.

- Ashley: Whoa Luke, ¡digno de un gran poeta!

- Luke: ¡No te pases! – dijo cogiendo un pedazo de pan y metiéndoselo entero en la boca – pogrm esfro nmao p…

- Ashley: ¡Termina de tragar y habla!

Aprendiendo a ser romántico (Michael Clifford y tú) *adaptación*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora